«El Mayo», el escurridizo sucesor de «El Chapo»

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Ismael “El Mayo” Zambada lleva 51 años en el mundo del narcotráfico y nunca ha puesto un pie en la cárcel. Nació en 1948 en el pequeño pueblo El Alamo a las afueras de Culiacán y hace tres décadas está al mando del cartel de Sinaloa junto con “El Chapo” Guzmán, pero con estilos de liderazgo completamente opuestos. Es uno de los delincuentes más buscados por la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) y se ofrecen US$ 5 millones por información que ayude a su detención. Con la recaptura y posible extradición de Guzmán a EE.UU, “El Mayo” surge como la carta natural para asumir el liderazgo total del cartel.

“El Mayo solo está enfocado en su negocio, y cuidándose hasta de su propia sombra. Es un hombre discreto que se maneja en la vida con bajo perfil”, explica a La Tercera Francisco Jiménez, investigador de la Universidad de Guadalajara.

El experto agrega que “El Mayo” ha sido más “astuto” que Guzmán y por eso no ha podido ser detenido. “Ismael es más desconfiado que El Chapo. La figura de Guzmán se ha mediatizado y ha salido de su medio. Ismael se dedica solo a su negocio”, aclara.

“El Mayo” se mantiene en constante movimiento dentro de la zona montañosa que componen Sinaloa, Durango y Chihuahua. Evita las grandes ciudades y nunca está en un mismo lugar más de dos noches.

“A mí me agarran si me estoy quieto o me descuido, como a El Chapo”, dijo Zambada a la revista Proceso en 2010. Esa entrevista es la única que ha dado y ahí contó que cuatro veces han estado cerca de atraparlo: “Huí por el monte, del que conozco los ramajes, los arroyos, las piedras, todo”.

Otra de las claves del narcotraficante para mantenerse alejado de las autoridades son sus alianzas con políticos y policías, según sostiene la agencia Reuters. Además, utiliza su fortuna para ofrecer empleo, salud y servicios que de otra manera muchos habitantes de Sinaloa no tendrían. Esto genera que los ciudadanos le tengan lealtad y lo protejan, en el clásico modus operandi de los jefes narcos.

En el pueblo Salado en Sinaloa sus habitantes recomiendan a los reporteros no husmear en la vida de “El Mayo”. “Ni siquiera mencionen su nombre”, dijo una vendedora de tortillas a Reuters.

Los hijos de Ismael Zambada tienen un rol activo dentro del cartel. Su primogénito, conocido como “El Vicentillo”, fue detenido en marzo de 2009 y extraditado a Estados Unidos al igual que Serafín Zambada, que fue atrapado en la frontera entre México y EE.UU en 2013. Su hermano mayor, Jesús Zambada García, alias “El Rey Zambada”, fue su mano derecha y operador más importante hasta que fue detenido en 2008.

“Tengo pánico”

Dos de sus cinco hijas manejan los negocios que “El Mayo” utiliza para lavar dinero. Entre sus empresas tiene una guardería, una empresa de arte y diseño, un establo y una lechería. La guardería Niño Feliz recibía recursos públicos por ser parte del Instituto Mexicano de Seguro Social, hasta que Estados Unidos la identificó en 2010 como una empresa de lavado de dinero.

El cartel de Sinaloa es el más fuerte de México y la organización transnacional de crimen organizado con más presencia en EE.UU, donde es el máximo proveedor de heroína. Su alcance es global y a pesar de la captura de su máximo líder, para Francisco Jiménez sigue siendo el más fuerte, con más de US$ 3 mil millones.

Según los expertos, la recaptura de “El Chapo” ha generado una disputa por el liderazgo del cartel entre “El Mayo” y uno de los hijos de Guzmán. No obstante, las cinco décadas de Zambada en el narcotráfico lo sitúan como favorito.

En la entrevista a Proceso, “El Mayo” aseguró que le da miedo que lo atrapen: “Tengo pánico que me encierren”. Además, explicó que el narcotráfico está arraigado en la sociedad y que la lucha contra las drogas es una “guerra perdida”. “El problema del narco envuelve a millones. ¿Cómo dominarlos? En cuanto a los capos, encerrados, muertos o extraditados, sus reemplazos ya andan por ahí”.

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