El país sustituye la matriz agrícola de exportaciones

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República Dominicana ha ido cambiando su matriz exportadora en materia de productos agrícolas, incorporando a su portafolio una serie de rubros que -aunque internamente se cultivaban en los años en que existió la “economía de postre”- no se miraba mucho al mercado internacional para colocarlos.

Por décadas, el país sustentó su desarrollo sobre la base del cultivo del café, cacao, azúcar y tabaco, que para entonces aportaban el fuerte de los ingresos -vía las exportaciones. Ese comportamiento se mantuvo con fuerza más o menos hasta los años 60 y comenzó a descender a partir de los 80 del siglo pasado. El abandono de las plantaciones de café y de cacao y el inicio de la debacle de la industria azucarera estatal, cambiaron el horizonte, obligando al país a buscar otras opciones generadoras de divisas.

Algunas de ellas han surgido a través del banano, el aguacate, la piña, los vegetales orientales, los vegetales cultivados en invernadero, los mangos y otros. El banano, por ejemplo, tiene una posición envidiable, gracias a la aceptación por parte del consumidor extranjero y a la fama bien ganada que ha conseguido. El cacao también mantiene vuelo alto en los mercados receptores del extranjero, atribuido principalmente a su calidad. República Dominicana se mantiene entre los mayores productores de banano del mundo, con más del 60% de su producción vendida a otros mercados bajo certificación orgánica. Durante 2017 las exportaciones ascendieron a US$198.1 millones, siendo Reino Unido (40%), Suecia (16%) y Bélgica (15) los importadores más grandes, de acuerdo con datos de la Dirección General de Aduanas (DGA).

El aguacate también ha alcanzado buen sitial. Con unas 20 variedades de la fruta, República Dominicana es el segundo mayor productor mundial y el octavo exportador. Pero en esta última modalidad, tiene debilidades que limitan su potencial. La producción nacional supera las 300 mil toneladas métricas y las exportaciones alcanzan unos US$23.0 millones anuales, menos del 4% de las exportaciones mundiales. Consumir aguacate en la República Dominicana ya no es una posibilidad exclusiva del período verano-otoño. Con diferencias en los volúmenes de oferta, y lógicamente de precios, la fruta puede ser adquirida durante todo el año.

En 2016, la exportación de aguacate había crecido un 91.2%, respecto a 2015, pasando de US$16.6 millones a US$31.7 millones. Mientras que las de mango experimentaron un crecimiento de un 28.8%, al aumentar de US$15.7 millones en 2015 a US$20.2 millones en 2016, según las estadísticas del Ministerio de Agricultura. La mayor parte de la producción de aguacate está en San Cristóbal, Elías Piña, Pedernales, Bahoruco, San Juan, Ocoa, Padre de la Casas y Barahona.

Además, hay cultivos en Puerto Plata (Altamira), Moca (Villa Trina), La Romana, Hato Mayor y El Seibo. El aguacate y el mango son dos productos que han venido a fortalecer la nueva matriz exportadora dominicana. Las variedades más comercializadas del mango son el keitt, seguida del mingolo, banilejo, grano de oro y gota de oro. Esa fruta se produce principalmente en Peravia, San Cristóbal, Azua, San Juan, Barahona y Neiba.

En los últimos años al abanico de oferta dominicana para exportación se ha sumado la piña, que si bien no registra números sorprendentes (en comparación con otros competidores), por lo menos mantiene al país en el mapa de colocación de la fruta. De acuerdo con datos no oficiales, República Dominicana exportó en 2016 el equivalente a 10 millones de dólares en piña.

Los estragos de la broca y de la roya en los cafetales

En el caso del café y el azúcar, aunque a menudo se habla de que en República Dominicana la gran producción de ambos está de vuelta para aportar importantes números de ingresos económicos, en términos concretos no ocurre así. La broca y la roya y en gran manera la vejez de las plantaciones se han encargado de diezmar la producción cafetalera del país. Desde el Estado y desde el sector privado se viene trabajando para revertir esa situación con la introducción de nuevas variedades, de lugares como Brasil y otros.

Una mirada colocada desde los años anteriores

Hasta finales de 2015 República Dominicana se había mantenido prácticamente “dando vueltas en un mismo círculo”, en lo que concierne a las exportaciones agropecuarias, en general, vistas del lado de los montos generados y partiendo de lo que había en 2010. De acuerdo con datos del Banco Central en el año 2010, desde el territorio dominicano se exportaron productos cosechados localmente por un valor de US$519.3 millones y para el año 2015 la cifra se colocó en US$554.2 millones, para una diferencia de US$34.9 millones (06.6%).

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