El Papa ha lamentado el ataque de Irán a Israel tras el rezo del Regina Coeli en la Plaza De San Pedro.»Nadie debe amenazar la existencia de los demás», ha subrayado.
«Sigo con preocupación y dolor las noticias que llegan sobre la situación en Israel a causa de la intervención de Irán. Hago un llamamiento de corazón para detener la espiral de violencia con el riesgo de arrastrar a Oriente Medio a un conflicto bélico aún mayor. Nadie debe amenazar la existencia de los demás», ha afirmado el Papa.
Irán ha lanzado decenas de drones de ataque y misiles balísticos desde su territorio en al menos tres oleadas que se dirigen ya hacia territorio de Israel, que ha activado ya sus defensas antiaéreas y su aviación para intentar interceptar estos aparatos.
El Pontífice ha llamado a llevar a cabo «con determinación» un diálogo entre las partes implicadas.
«Que todas las naciones estén a favor de la paz –ha reclamado el Pontífice–. Israelíes y palestinos viven en dos Estados vecinos, uno al lado del otro y debería alcanzarse pronto un alto el fuego en Gaza, deberían seguirse con determinación las vías de la negociación», ha asegurado tras mostrar su preocupación ante el riesgo de que el conflicto se recrudezca.
En el rezo del Regina Caeli, comentando las lecturas del Evangelio del día, el Papa ha hablado de la importancia de «compartir la fe».
«Cada día somos bombardeados por mil mensajes. Muchos de ellos son superficiales e inútiles, otros revelan una curiosidad indiscreta o, peor aún, nacen de la murmuración y de la malicia. Son noticias que no sirven para nada, es más, hacen daño»., ha advertido.
No obstante, ha señalado que también hay noticias «buenas, positivas y constructivas». En este sentido, ha llamado a «compartir las realidades que, para bien o para mal» se ha experimentado en la vida y pueden ayudar a los demás.
Sin embargo, para el Pontífice, hay una cosa de la que a menudo cuesta hablar. «Es, paradójicamente, lo más hermoso que tenemos que contar: nuestro encuentro con Jesús. Cada uno de nosotros podría decir mucho a este respecto: no siendo un maestro para los demás, sino compartiendo los momentos únicos en los que percibimos al Señor vivo y cercano, en que encendió la alegría en nuestros corazones o secó nuestras lágrimas, en que transmitió confianza y consuelo, fuerza y entusiasmo, o perdón, ternura, paz», ha afirmado.
Según Francisco, es importante compartir esto en la familia, en la comunidad y con los amigos. «Tratemos entonces de recordar, ahora, un momento fuerte de nuestra vida de fe, un encuentro decisivo con Jesús», ha pedido permaneciendo unos instantes en silencio, antes de introducir la oración mariana: «que la Virgen nos ayude a compartir nuestra fe para hacer de nuestras comunidades cada vez más lugares de encuentro con el Señor».
