Milicianos del Estado Islámico y sus familias empezaron el lunes a abandonar la zona de la frontera entre Siria y Líbano, dentro de un acuerdo negociado para poner fin a la presencia del grupo extremista en esa zona, reportó la prensa libanesa y siria.
Casi dos docenas de autobuses y 11 ambulancias trasladaron el lunes a un número indeterminado de milicianos. La caravana se dirigió a Boukamal, una localidad en manos de la milicia radical en el este de Siria, junto a la frontera con Irak.
El acuerdo se produjo tras una campaña militar libanesa para expulsar a milicianos del grupo de una zona en Líbano de unos 120 kilómetros cuadrados (46 millas cuadradas) de extensión junto a la frontera siria.
En otra operación simultánea, el ejército sirio y sus aliados en Jezbolá lanzaron su propia ofensiva para presionar al EI en el lado sirio de la frontera.
La televisora siria Al-Ikhbariya TV reportó que fueron transferidos unos 250 combatientes. El Central Military Center, un sitio de noticias administrado por el grupo armado Jezbolá, informó que ambulancias se llevaron a 25 combatientes heridos.
El lunes el ejército libanés llevó a periodistas a recorrer las áreas en la frontera cerca de Ras Baalbek que fueron arrebatadas al EI en la última semana. Había un fuerte despliegue de soldados, tanques y vehículos blindados en toda la zona fronteriza, mientras que cuevas usadas por los extremistas mostraban daños ocasionados por los recientes enfrentamientos. Unos 5.000 militares libaneses participaron en la ofensiva.
Un militar libanés de alto rango dijo que los extremistas también se estaban yendo del lado de la frontera libanesa para ser transferidos con el convoy sirio. El funcionario habló a condición de no dar su nombre debido a que no estaba autorizado a hablar con la prensa y tampoco tenía una cifra precisa de los milicianos que se iban de Líbano.