Estos son los aviones que espían a ISIS a 70.000 pies de altura

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Vestirse para una misión de combate a bordo de un avión de reconocimiento U2, conocido como «Dragonlady», es casi como alistarse para viajar al espacio, con el piloto en un traje de compresión amarillo y un gran casco blanco.

Los trajes necesitan estar fríos todo el tiempo, de otra forma los pilotos morirían de agotamiento por calor en cuestión de minutos, pero son necesarios para proteger a los miembros de la tripulación mientras realizan vuelos de reconocimiento sobre Iraq y Siria, a más de 70.000 pies para identificar objetivos de ISIS.

La Fuerza Área de Estados Unidos le dio acceso a CNN a las tripulaciones de los U2 que volaban desde una ubicación secreta en Medio Oriente. Sólo podemos identificar a los pilotos por su rango, primer nombre y nombre clave.

El piloto que se ponía el equipo era el capitán Steven. Su nombre clave, «Meathead».  Llegó al lugar donde estaba el avión en un autobús similar a esos que trasladan a los astronautas a su nave. Iba conectado a una unidad móvil de enfriamiento todo el tiempo. Docenas de miembros del personal de tierra alistaron al U2 para una misión de 10 horas.

«Uno hace cosas para mantener la mente ocupada», dijo el capitán Steven, en referencia a las largas horas de espera que pueden pasar sentados en la cabina. «Las radios están en constante funcionamiento, hay comunicaciones constantes con los chicos en tierra. Eso te mantiene ocupado».

Un avión de la Guerra Fría 

El «Dragonlady» despegó poco después y subió rápidamente hacia el sol de Medio Oriente. El U2 está construido para grandes altitudes. Puede subir por encima de los 70.000 pies -más de 21.000 metros-, por lo que es un activo importante en el esfuerzo para encontrar y acabar con importantes combatientes de ISIS, así como casas de seguridad y posiciones de batalla.

«Con el U2 somos capaces de llegar ahí, encontrarlos y rastrearlos», dijo otro piloto, el mayor Matt. «Luego le traemos esa información a los caza y bombarderos, para que cuando ellos salgan tengan la mejor información de inteligencia sobre dónde están y lo que pueden hacer y lo que no».

El U2 o «Dragonlady» es un modelo de la Guerra Fría. Ha estado volando desde la década de 1950. Pero los aviones se han modernizado con nuevos sensores y cámaras, por lo que son activos importantes en el uso de la inteligencia militar contra ISIS.

Pero por supuesto no son los únicos. También los drones desempeñan un importante papel. Desde el enorme Global Hawk, que puede estar en el aire por más de 24 horas, a los más pequeños vehículos aéreos no tripulados, conocidos como predator y reaper, todas estas plataformas contribuyen a lo que es una gigantesca operación de vigilancia aérea dedicada a debilitar y destruir a ISIS.

Impacto importante

«Estoy viendo un progreso continuo», dijo el coronel Paul Birch, al mando del 380 Grupo de Operaciones de Expedición. «Hay progreso cada día. A partir de los reportes sobre qué está pasando con ISIS en tierra sé que estamos teniendo un impacto absolutamente importante».

Pero a pesar de los muchos elementos de vigilancia y el mayor poder de fuego de los aviones de la coalición que sobrevuelan los cielos de Iraq y Siria, ISIS sigue siendo un grupo poderoso y esquivo, que ofrece dura resistencia a las fuerzas iraquíes y kurdas que tratan de ocupar el principal baluarte del grupo terrorista: Mosul.

Los líderes iraquíes han reconocido que pasarán meses antes de liberar la segunda mayor ciudad de Iraq. Eso significa que habrá más misiones para las tripulaciones de los «Dragonlady».

Luego de unas 10 horas, estábamos cerca cuando el capitán Steve aterrizó.

El U2 es una aeronave muy difícil de poner en tierra. Su tren de aterrizaje está alineado como las ruedas de una bicicleta. Evitar que se salgan de la pista requiere de gran destreza y de la ayuda de un segundo piloto que dirige el avión desde un auto guía desde el que mantiene contacto por radio.

Al desprenderse del avión, el capitán Steve estaba feliz de abandonar los confines de la pequeña cabina y satisfecho con el apoyo que ha podido proveer a las fuerzas en tierra.

«Las cosas que podemos hacer mientras estamos allá arriba, así como la frecuencia con la que estamos allí. Gracias a nuestros chicos de mantenimiento estamos allá arriba constantemente dando ese apoyo a quienes más lo necesitan», dijo.

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