La probabilidad de acabar con los preacuerdos con niños de hasta 11 años y desincentivar el uso de esteroides en estos, así como la promesa de crear un marco que no afecte las firmas ha convencido a opositores históricos al sorteo internacional de las bondades de este.
En los contratos el Diablo suele estar en los detalles, escondido en esas letras pequeñitas, pero de momento la oferta ha seducido a más de uno que veía en este sistema una amenaza para la manufactura de jugadores en el país.
Major League Baseball, después de tres lustros infructuosos, parece que ha dado con la tecla para convencer a actores claves de la industria de formación de jugadores de que un draft no daría a Latinoamérica la puñalada que hace tres décadas propinó a Puerto Rico.
La oferta sobre la mesa a los entrenadores de un draft se ha hecho sobre la base de la inversión realizada en el año fiscal 2017-2018 y con un esquema que no prevé reducción ni del número de firmas ni de dinero.
La referencia establece que de los US$114 millones que recibieron los 180 peloteros más caros de ese año el mayor obtuvo US$5.2 millones y el menor US$120 mil.
Fuentes que se han reunido con los negociadores de las Grandes Ligas y que hablaron a DL bajo condición de mantener el anonimato entienden que como los equipos conocerán la posición que tendrán para escoger con menor tiempo y el dinero que podrán pagarles a estos lo fijará la MLB la opción del preacuerdo desaparece.
De momento, hay un intercambio de propuesta, a pedido de entrenadores que forman parte del Trainer Partnership Program, que trabajan en sociedad con la MLB.
La cifra que se maneja es de US$200 millones para el mercado internacional el primer año, de los cuales entre US$130 y US$150 millones irían a las seis rondas de 180 jugadores y el resto para la agencia libre.
La liga propone un bono máximo de US$200 mil y un mínimo de US$50 mil para los agentes libre fichados fuera del sorteo, mientras que los preparadores piden US$300 mil-US$50 mil y que el mínimo no cuente en el tope que cada año fija el órgano rector.
Este esquema tampoco significará peligro para los cientos de escuchas que trabajan con los equipos y potencializaría ligas de desarrollo como la Dominican Prospect League, Internacional Prospect League o JBD Baseball, que serían las plataformas de referencia.
En el acuerdo que se negocia, los jugadores comenzarían a estar disponibles para someterse a pruebas de dopaje a partir de los 14 años, debido a que a los 16 podrán ingresar al sorteo.
Los montos por invertir están sujetos a cambios en la política estadounidense hacia Cuba, porque si la mayor de las Antillas ingresara al mercado habría que elevar las asignaciones.
Papel del sindicato
En 2016, el sindicato de peloteros de las Grandes Ligas presionó en las negociaciones del acuerdo laboral para que la liga no introdujera el sorteo, pero esta vez podría utilizar el tema como moneda de cambio, lo que preocupa a muchos entrenadores opuestos al draft.
De hecho, la semana pasada la unión descartó dar su apoyo a la propuesta de la liga para hacer pruebas de dopaje a niños de 12-13 años en América Latina.
Un involucramiento de la unión que preocupa, dado que es un gremio que históricamente solo se implica en temas concernientes a los jugadores del Big Show.