Otro heredero de Juan Gabriel

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El cantante Juan Gabriel y, a la derecha, su hijo Luis Alberto Aguilera

«Me puedes ver aún después de que me vaya de este planeta, solo mírate al espejo», le decía Juan Gabriel a su hijo Luis Alberto Aguilera en una de las cartas que presentó para demostrar su relación. Su parecido con el Divo de Juárez, además de fotos y otros escritos del cantante, no bastaron para creer en el testimonio del joven de 26 años que salió a la luz pública poco después de la muerte del artista, el pasado 28 de agosto. Pero una prueba de ADN le ha dado la razón esta semana y propina un duro golpe a los que se consideraban los únicos herederos del cantante. La guerra por figurar en el testamento de uno de los iconos de México —cuya fortuna está valorada en 30 millones de dólares, además de las ganancias de 60 discos publicados y mansiones repartidas entre México y Estados Unidos— no ha hecho más que comenzar.

La muerte de Alberto Aguilera Valadez —nombre original de Juan Gabriel— sacudió a todo un continente a finales de agosto de este año, pero las secuelas sobre su herencia pasaron a empañar el luto de uno de los artistas más queridos en el mundo. Su testamento, replicado en todo el papel cuché latinoamericano, reconocía como únicos herederos a los hijos que tuvo el cantante con Laura Salas: Iván (de 28 años), Joan (27), Hans (26) y Jean Gabriel (25). Pero enseguida aparecieron otros, además del que ya era conocido como el adoptado del artista, Alberto Aguilera Jr., y que quedó fuera del escrito, salieron a la luz dos desconocidos: Luis Alberto y Joao, quien planea hacerse también una prueba de ADN.

Luis Alberto explicó ante las cámaras de una televisión estadounidense, la cadena Univisión, que fue el fruto de una relación entre Juan Gabriel y su asistenta, Guadalupe González. Su madre llegó a la mansión del artista para trabajar en la cocina y se hizo muy íntima del cantante, tanto que un día le propuso tener un hijo: «Me dijo: ‘Guadalupe, ¿tú nunca has pensado en tener un hijo?», explicó González en otra entrevista por televisión. Ella ignoró el comentario durante un tiempo hasta que acabó accediendo. «Cuando se dio el momento del acercamiento fue algo muy hermoso. Él me dijo: ‘Mira Guadalupe, yo no te di solo un hijo, te di mi esencia. Yo me prepare física, mentalmente, espiritualmente para darte ese hijo, porque en él te di mi esencia. Tienes que cuidarla muy bien’. Yo siento la esencia de él en mi hijo», contó la madre al borde del llanto.

González explicó que ella quiso mantener a su hijo en el anonimato, hasta que un día se dio cuenta de que tenía la misma vocación que su padre. Hace dos años ella le pidió que ayudara a Luis Alberto en su carrera musical, que lo incluyera en su vida, y, según cuenta, él le respondió: «Guadalupe, ya nada más voy a trabajar como mucho dos años, tenme calma. En dos años todo va a cambiar». Y cambió. Después de la muerte de Juan Gabriel, Luis Alberto ha emprendido solo una batalla legal contra la familia Salas para ser reconocido como hijo suyo.

Esta semana ha conseguido al fin su objetivo. «Ojalá que aprendan de esta situación, para que en el futuro esto sirva en su vida, que a veces no es bueno juzgar o tomar una decisión sin estar bien informados», comentó Luis Alberto en Univisión al conocer el resultado de las pruebas de ADN. Según añadió, el abogado de su padre, encargado del testamento ya se ha puesto en contacto con él. Esta noticia cambia radicalmente la situación de la herencia. Joao Gabriel Aguilera podría animarse a hacerse una prueba genética. Y con ello, la cantidad de (al menos) 30 millones de dólares quedaría dividida entre los siete hermanos, incluyendo a Alberto Aguilera Jr., y no entre los cuatro iniciales.

Iván Aguilera, cabeza de los Salas, ha dado un paso para la reconciliación y ha reconocido públicamente a Luis Alberto como hermano y lo ha invitado a través de sus redes sociales a pasar el Día de Acción de Gracias junto a su familia. Pero el nuevo hijo de Juan Gabriel, tenía ya «otros planes».

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