Un hombre murió en Florida cuando su cigarrillo electrónico estalló y lanzó proyectiles con tal fuerza que alcanzaron su cráneo, en un accidente que los defensores del “vaping” adjudican al uso inapropiado de equipos que no están regulados.
Tallmadge D’Elia, de 38 años, fue hallado muerto el 5 de mayo en su casa en St. Petersburg, en la costa oeste de Florida, cuando los bomberos entraron a su cuarto en llamas.
El fuego fue desatado por la explosión de su vaporizador, que impactó el cráneo con dos esquirlas del cigarrillo y provocó quemaduras en el 80% de su cuerpo, según el reporte de la autopsia de la oficina forense del condado de Pinellas-Pasco, divulgado esta semana.
El hombre murió a causa de las heridas. Fragmentos del cigarrillo electrónico mostraron la marca Smok-E Mountain, cuyo fabricante tiene sede en Filipinas, según halló el diario local Tampa Bay Times. La página de Facebook de la empresa no estaba en línea este jueves. Según el informe forense citado por el Times, el aparato era un cigarrillo electrónico de una variedad conocida como “mod”, por “modificado”.
“Un ‘mod mecánico’ no está regulado y funciona simplemente transportando el poder de la batería a un atomizador”, explicó el jueves a la AFP Gregory Conley, presidente de la American Vaping Association. “Si la batería de un ‘mod mecánico’ se descarga demasiado y el aparato no tiene suficiente aire para que ventile, existe el riesgo de explosión”, añadió el jefe de esta ONG en defensa de la vaporización como herramienta para ayudar a los adictos al tabaco a dejar el cigarrillo.
De acuerdo a Conley, tales aparatos modificados son usados por personas que practican el “vaping” como un hobby y que “buscan específicamente productos no regulados”. Según un informe de la administración federal para el manejo de emergencias FEMA, entre 2009 y 2016 se registraron 195 incendios y explosiones vinculadas a cigarrillos electrónicos en Estados Unidos, aunque ninguno de ellos había derivado en una muerte.
La administración federal de medicamentos FDA advierte que los cigarrillos electrónicos pueden estallar y causar heridas graves, señalando “que se desconocen las causas de tales incidentes”, si bien “cierta evidencia sugiere que son asuntos vinculados a la batería” de litio.
Los centros de control de enfermedades señalan que los cigarrillos electrónicos tienen “el potencial” de ayudar a los fumadores adultos a abandonar el tabaco. No obstante, un estudio en ratones publicado en enero en los anales de la Academia estadounidense de ciencia (PNAS) mostró que la vaporización podría incrementar el riesgo de varios tipos de cáncer y enfermedades del corazón.