LeBron James se enorgullece de su resistencia. Suele estar disponible cada noche, sin importar cuán desgastantes sean los partidos que disputa.
Por eso, el astro de los Lakers estaba disgustado en la Navidad, tras lesionarse.
James abandonó el encuentro en el tercer periodo debido a un tirón en la ingle izquierda, pero Los Ángeles se las arregló sin él para apabullar sorpresivamente el martes 127-101 a los Warriors de Golden State, bicampeones defensores de la NBA.
“Sí me enorgullezco de ello… Más que nada, es importante estar disponible para mis compañeros y para mis entrenadores”, comentó James. “Me tomo esto como algo personal. Ojalá que no sea algo grave”.
James totalizó 17 puntos, 13 rebotes y cinco asistencias antes de llevarse una mano a la ingle izquierda, cuando restaban 7:51 minutos del tercer cuarto, tras sufrir un resbalón ante la cesta de los Warriors, donde perseguía un balón perdido.
El astro trató de estirar la pierna, pero renqueó hacia el banquillo de los Lakers, antes de marcharse por el túnel hacia los vestuarios, por su propio pie pero con evidentes dificultades para caminar.
“Evidentemente no podía volver al partido. Mañana me sacarán una resonancia magnética y veremos qué hay”, dijo James. “Las lesiones nunca me preocupan. Pude caminar por mi cuenta. Sentí un chasquido, vi si podía estirarme algunas veces… pero no pude. Hice algunos ejercicios para ver si podía continuar pero no fue posible”.
Stephen Curry embocó triples consecutivos poco después de la salida de James, para que los Warriors se acercaran a 76-68 cuando faltaban 4:15 minutos del tercer periodo. Pero Kyle Kuzma y los perseverantes Lakers siguieron peleando cada balón.
Curry finalizó con 15 puntos, pero los espectadores comenzaron a abandonar las gradas mucho antes de que sonara la chicharra final en este duelo navideño.
Kuzma contribuyó con 19 puntos, incluidos tres mediante un disparo desde la línea de fondo en las postrimerías del encuentro. Ivica Zubac contabilizó 18 unidades y 11 rebotes, en tanto que Rajon Rondo anotó 15 puntos y entregó 10 asistencias como reservista.
Así, los Lakers cortaron una racha de 11 derrotas seguidas en casa de los Warriors. No ganaban en Oakland desde el 22 de diciembre de 2012, cuando se impusieron por 118-115 en tiempo extra.
Asimismo, Los Ángeles puso fin a una seguidilla de siete derrotas en fila ante Golden State, equipo al que no derrotaba desde el 6 de marzo de 2016.