La doble vida de un inmigrante argentino en EEUU que inspiró un libro sobre la traición y el engaño

Jen White estaba convencida de haber conocido al hombre de sus sueños, quien finalmente terminó siendo alguien que nunca imaginó

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Jen Waite, la modelo y actriz de penetrantes ojos verdes basada en la ciudad de Manhattan parecía tenerlo todo. A los 30 años y luego de varios intentos frustrados, había logrado conocer finalmente al hombre de sus sueños con quien apostaría a pasar el resto de su vida, convencida de que él sería la persona con quien compartiría sus últimos días.

Pero un simple correo electrónico haría que su matrimonio perfecto, junto con todos los secretos ocultos a su alrededor, se derrumbara como un castillo de naipes.

Todo comenzó en junio de 2010 cuando Waite trabajaba en un restaurante de Queens. A los 25 años, la atractiva aspirante a actriz conoció a un apuesto hombre de 32 años de intrigantes ojos oscuros proveniente de la Argentina que la miraba como nadie antes lo había hecho.

Marco, el joven originario del país sudamericano, se encontraba en los EEUU de manera ilegal como tantos otros inmigrantes que deciden asumir los riesgos de una posible deportación con el objetivo de alcanzar un mejor nivel de vida y poder ayudar a su familia.

El hombre y Waite tuvieron química instantánea, algo que lo llevó a confesarle en la intimidad sobre su complicado estatus migratorio en los EEUU, que según él había sido motivado por su hijo de 7 años fruto de una relación pasada, que lo obligaba a permanecer en suelo norteamericano.

En diálogo con el New York Post, Waite confesó que nunca antes un novio la había hecho sentir de tal manera. «Sabes que nunca pensé que podía volver a ser feliz hasta que te conocí a vos» le confesó el argentino la noche que sellaron su amor con el primer beso.

Para la Navidad de 2012 y ya con la relación consolidada, Marco le propuso matrimonio a Jen frente a toda la familia de la modelo durante la cena. Sin dudarlo, Waite aceptó la oferta y pasarían solo dos meses para que la pareja firmara frente a un juez de paz los papeles en el día de la ceremonia civil.

Inmediatamente comenzaron los trámites para que, gracias al hecho de haberse casado con una ciudadana norteamericana, Marco obtuviese eventualmente lo que se conoce como «Green Card» o su tarjeta de residencia permanente para poder finalmente normalizar su situación.

Para la primavera de 2013 llegaría el momento para que la pareja – en conjunto con otro matrimonio – diera inicio a una nueva aventura empresarial con la apertura de un pub gastronómico en la ciudad de Queens, algo que Waite afirmó al Post «era uno de los sueños más grandes de Marco».

A pesar de que Waite invirtió USD 75.000 de sus propios ahorros y sus padres colaboraron con otros USD 25.000 para poder poner el proyecto en marcha, Marco comenzó a tener fuertes diferencias con sus socios y decidió abandonar el local gastronómico a los pocos meses para comenzar un nuevo trabajo como manager de un restaurante en Manhattan.

Más allá de los cambios inesperados, Waite se encontraba dichosamente embarazada e inmersa en los preparativos de su boda formal, la cual tendría lugar en junio de 2014. En diciembre de ese año nacería Louisa, en medio de un trabajoso parto del cual Marco se ausentó en repetidas ocasiones para – según él – llamar al restaurante donde trabajaba y verificar que todo estuviese en orden.

Una vez dada de alta del hospital y ya con la beba lista para conocer su hogar, Waite comenzó a notar un comportamiento extraño de su marido. «Mi jefe no me permitirá tomarme tiempo libre para estar con ustedes» aclaró Marco, por lo que le sugirió a la flamante madre que se llevara consigo a Louisa y se mudara con sus padres hasta que todo pudiese normalizarse.

Dos semanas más tarde, exactamente un 20 de enero de 2015, ya de regreso al hogar que ambos compartían; la vida de Waite cambiaría para siempre. Sentada frente a la computadora que compartía con Marco, pudo ver un email sin abrir con el asunto «Cita» en la casilla personal de su marido.

Un agente de bienes raíces era el destinatario a quién Marco le aclaraba que su novia y él «habían decidido elegir otro apartamento» pero que de cualquier manera le agradecía por los servicios prestados. Más allá de que el correo había sido reenviado a una mujer llamada Viktorja, en ese momento Waite pensó que era muy chistoso que su esposo todavía la llamara «novia» luego de dos años de casados.

Pero el email en cuestión no sería una simple confusión de título, sino que serviría como el despertar de una nueva realidad para la flamante madre y hasta ese momento enamorada y confiada esposa.

La foto de perfil en Facebook de la misteriosa mujer involucrada en la cadena de emails mostraba a una atractiva joven blonda de alrededor de 22 años, con gafas de sol y un seductor gesto mediante el cual se hacían notar sus carnosos labios.

Acto seguido Waite llamó a Marco al trabajo para exigirle explicaciones. «Bebé, antes que nada créeme. Nunca, pero nunca en la vida te engañaría» le aseguró el argentino con extrema calma mientras su mujer lo acusaba de tener una amante.

El hombre le explicó que Viktorja era una colega proveniente de Europa, sin ahorros o historial de crédito, por lo que él decidió ayudarla a encontrar un apartamento dado que nadie la tomaba en serio. «Solo quería darle una mano, lo siento… Soy un idiota» le dijo Marco intentando calmarla.

Luego de recibida la suficientemente convincente explicación al malentendido, Waite siguió con su rutina como de costumbre hasta llegada la noche cuando regresó su esposo a casa. Inexplicablemente y sin mostrar ningún signo de remordimiento, Marco comenzó a realizar un descargo sobre lo insatisfecho que se encontraba con su relación.

«No soy feliz hace ya un año» dijo el argentino sin anestesia. «Ya no siento nada, creo que hay algo mal a nivel físico conmigo».

Eventualmente Marco confesaría una relación extramatrimonial con su colega, a pesar de repetidos intentos de engañar a su mujer al obligar a su amante a escribirle para aclarar todo. Más allá de todo, le juró a su mujer que Viktorja ya era cosa del pasado.

Pasados unos días, Waite todavía sentía que algo raro sucedía con su marido por lo que decidió – en compañía de su pequeña hija – ir a esperarlo a la salida del trabajo, lo que vio sirvió para convencerla de sus sospechas. Dos personas salieron abrazadas por la puerta trasera en dirección a un bar. Eran Marco y Viktorja.

Refugiada junto a su hija en el hogar de sus padres en Maine, Waite descubriría al revisar los registros telefónicos que durante el complicado parto que atravesó para dar a luz a Louisa, Marco había estado al teléfono por 45 minutos con Victoria. La relación supuestamente pasajera se había extendido por meses, con viajes de su marido en Uber desde el trabajo al apartamento de la joven europea en Brooklyn, donde esperaban compartir un nido de amor una vez abandonara a la madre.

Luego de incontables explicaciones y retorcidas excusas, el final de la relación sería marcado por la nueva foto de perfil de Marco en Facebook junto a una triunfante Viktorja. Waite decidió finalmente iniciar los trámites de divorcio y asegura que esperará a contarle a su hija toda la verdad sobre su padre una vez esta tenga la edad suficiente.

El golpe para la madre de Louisa fue tal que se sintió inspirada a compartir su historia de vida de la manera más pública posible, mediante una memoria titulada «Algo hermoso y terrible» que será publicada en los EEUU el próximo 11 de julio y donde narra con lujo de detalles su experiencia de unión y traición junto a Marco.

Waite asegura que luego de investigar con especialistas llegó a la conclusión de que se había casado con un sociópata, alguien que según los psicólogos no tiene conciencia y que no siente remordimiento ni culpa.

En el año 2005, la psicóloga Martha Stout escribió un polémico libro, «El sociópata de la puerta de al lado», en el que afirma que 1 de cada 25 estadounidenses comunes, en secreto, no tiene conciencia; algo aterrador dado que la conciencia no es visible y puede ser falsificada.

Para hacerlo aún más difícil sociópatas como el hombre que inspiró el esperado libro de Waite, son excelentes actores y no poseen emociones básicas tales como el amor, la calidez, cercanía genuina o la responsabilidad.

«Espero que mi historia ayude a otras mujeres que se han involucrado con narcisistas como Marco» explicó Waite. «Es una prueba de que puede ser libre de nuevo y tener una vida más gratificante sin ellos» agregó la madre de Louisa de 2 años y medio, quien se mudó a Maine para comenzar una nueva etapa sintiéndose mucho más fuerte e independiente.

Marco por su parte – quien realmente se llama de otra manera pero la autora decidió proteger su identidad por el bien de la hija que comparten – se negó a ser entrevistado por el New York Postpero aparentemente conserva los beneficios migratorios otorgados por su ex mujer y continúa viviendo en los EEUU.

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