La verdadera historia detrás del Área 51

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Es uno de los lugares que más fascinan a los fanáticos de las teorías conspirativas: algunos aseguran que allí están guardados los cuerpos de extraterrestres aterrizados en nuestro planeta; otros creen, en cambio, que el gobierno de Estados Unidos filmó en uno de sus hangares el aterrizaje en la luna de 1969.

Aunque estas teorías sean probablemente falsas, lo cierto es que la base militar Área 51 es real, sigue muy activa y muy pocas personas en el mundo tienen el privilegio de saber qué es lo que pasa realmente en ese lugar.

De allí, probablemente, deriva la fascinación que rodea el lugar.

Vista aérea de la base y del lago Groom (Flickr)

Vista aérea de la base y del lago Groom (Flickr)

Pero ¿cómo empezó el misterio?

La creación y el desarrollo de la Área 51 se vincula directamente con los primeros tiempos de la Guerra Fría.

Ante la creciente influencia de Unión Soviética, las autoridades estadounidenses necesitaban desarrollar medidas de inteligencia adecuadas para entender los planes y el nivel de progreso de la tecnología enemiga.

Para hacerlo se necesitaba un avión que pudiera ingresar en el espacio aéreo ruso sin ser visto por los radares e interceptado.

Por eso, en 1954 el entonces presidente Dwight Eisenhower aprobó un proyecto secreto para desarrollar un avión espía secreto, el llamado programa U-2.

Pero para comenzar el programa se necesitaba un lugar alejado de todo y secreto. Las autoridades encontraron el sitio perfecto en el desierto de Nevada, cerca del lago Groom, a 160 kilómetros de Las Vegas y donde había una vieja base militar -el Homey Airport-utilizada para adiestrar los pilotos de la aviación durante la Segunda Guerra Mundial.

Imagen satelital de la base en 1984

Imagen satelital de la base en 1984

El nombre del terreno, tal como figuraba en el mapa, era el que pasaría a la historia: Área 51.

El otro nombre -más atractivo, pero menos misterioso- con el que los trabajadores conocían el sitio, Paradise Ranch, nunca pudo tener el mismo éxito.

Nace el mito

El primer vuelo del U-2 fue hecho en agosto de 1955 y luego la base fue usada para adiestrar los pilotos y guardar en los hangares al flamante avión espía de la CIA (la agencia de inteligencia estadounidense).

Pero el lanzamiento del programa tuvo un inesperado efecto indeseado:disparó el número de observaciones de Objetos Voladores s no Identificados.

Hay, sin embargo, una razón lógica. Un informe del National Security Archive de 2013 que confirmó por primera vez públicamente la existencia del Área 51, incluyendo también un mapa del lugar– mostró cómo la mayor parte de las observaciones fueron hechas por pilotos de aviones de línea que nunca habían visto volar aviones a las altitudes alcanzadas por el U-2 (18 mil metros, mientras los aviones en esa época volaban a una altitud de entre 3 y 6 mil metros).

Un avión espía U-2 en vuelo

Un avión espía U-2 en vuelo

Por otro lado, las autoridades de la aeronáutica estadounidense no podían admitir que se trataba de un proyecto secreto: la explicación que empezaron a aducir eran que se trataba de «investigaciones de altas alturas sobre el clima».

Pero no fue suficiente: el mito ya había comenzado.

No se trata de tecnología extraterrestre

El U-2 no fue el único avión secreto desarrollado en la base militar. En los años siguientes hubo varios más, como el A-12 y varios aviones invisibles a los radares como el Bird of Prey, F-117A, y Tacit Blue. Documentos desclasificados revelaron que en la base fueron hasta llevados cazas Migs rusos obtenidos en secreto para desarrollar los sistemas de defensa de los aviones estadounidenses.

Pero la teorías conspirativas tuvieron un nuevo empujón en 1989, cuando un hombre llamado Bob Lazar reveló en una entrevista a un medio de Las Vegas que había visto extraterrestres y naves alienígenas cuando trabajaba en la base.

Muchos otros trabajadores del sitio, sin embargo, desmintieron esos rumores, asegurando que se trataba de invenciones.

«Muchos están enojados porque trabajaron en estas cosas y construir estos aviones increíbles», dijo a la revista Popular Mechanics Peter Merlin, un historiador aeroespacial que estuvo investigando sobre el tema durante más de tres décadas. «Esta es tecnología terrestre. Hay tipos diciendo que es extraterrestre cuando en realidad es antiguo conocimiento estadounidense», agregó.

El Área 51 hoy

¿Qué queda hoy de toda la actividad en el Área 51? El lugar está todavía en uso y en continua expansión, como revelaron las imágenes satelitales de Google Earth.

(El vídeo en time-lapse muestra la evolución del sitio desde 1984)

Todos los días, un avión secreto llamado «Janet» transporta los trabajadores desde el aeropuerto de Las Vegas hasta la base.

Pero hay algo que sigue siendo igual en estos 60 años: qué se hace en la base sigue siendo un misterio.

Según Merlin, es probable que se siga desarrollando tecnología militar secreta, especialmente drones, los aviones sin piloto cada vez más usados en las operaciones militares.

También, a pesar de que casi seguramente los rumores entorno a la base no son otra cosa que inventos de ciencia ficción, la gente sigue atraída por el aura misteriosa del lugar.

Por eso, el sitio y sus alrededores se convirtieron en una atracción turística, incentivada por las mismas autoridades locales.

En 1996 el estado de Nevada volvió a llamar la ruta 375 «La Autopista Extraterrestre». En los lados de la carretera nacieron lugares como el Centro de Investigación Extraterrestre.

La ruta 374 fue rebautizada “La Autopista Extraterrestre” para fomentar el turismo (AP)

La ruta 374 fue rebautizada “La Autopista Extraterrestre” para fomentar el turismo (AP)

Hasta hay un prostíbulo llamado «Alien Cathouse», que se promociona como el único prostíbulo con temática extraterrestre en el mundo y un hotel que, jugando con las palabras, se llama «Little AleInn» (pequeño alienígena).

(Flickr)

(Flickr)

Y luego está la base, claro. Para ingresar se necesitan obviamente permisos especiales, pero es posible manejar hasta el ingreso, aunque siempre bajo estricto control de  los guardias y la seguridad.

Los habitantes de la zona están seguros: en el Área 51 conocen cada tortuga del desierto y cada liebre que se anima a acercarse a la valla.

Una de las entradas de la base (Flickr/Terry Hassan)

Una de las entradas de la base (Flickr/Terry Hassan)

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