Aunque el problema de los enfermos mentales deambulantes en el Gran Santo Domingo no es un mal tan grave, llama la atención que a pesar de la inversión que ha realizado el gobierno en el sector salud, por años se vean los mismos enfermos mentales de siempre viviendo el mismo drama de injusticia social y olvido.
Estos hombres y mujeres con trastornos mentales, sin aseo y malolientes, vestidos con harapos, que comen de lo que encuentran en basureros o gracias a la sobras que les dan, y duermen en cualquier lugar, son un pequeño segmento de la población padeciente, que están abandonados a su suerte.
Abandonados por sus familias y los gobiernos muy ocupados en política interna, estos enfermos mentales deberían ser tomados más en cuenta por las autoridades de Salud Pública y Asistencia Social, ya que aunque se han puesto en marcha planes para combatir este mal, hasta ahora son pocos los resultados positivos.
Vivir o morir bajo el implacable sol, caminar con sus pies descalzos sobre cristales rotos o sobre el caliente asfalto, dormir y pasar la lluvia bajo un elevado, son de las cotidianidades que casi por instinto hacen estos discapacitados mentales, “invisibles” para una sociedad muy ocupada con sus dispositivos electrónicos inteligentes y las redes sociales.
Sin que a primera vista pueda interesar cuales son las causas que originan el detonante para que las personas puedan caer en estos estados cerebrales que los vuelven zombis, si debe ser tomado en cuenta que son seres humanos que necesitan de cuidado y dignidad.
Hace más de un año que se puso en marcha el Programa para la Protección de las Personas con Enfermedad Mental Grave en Condición de Deambulantes, en coordinación con el Servicio Nacional de Salud (SNS), la Dirección Provincial de Salud (DPS) y el Centro de Respuesta Urgencias Emergencias (CRUE), sin embargo hasta ahora se ven en las calles los mimos enfermos.
El dato
Trastorno mental
La esquizofrenia es un trastorno mental causado por una anomalía en los procesos cognitivos y por una pobre respuesta emocional. Los afectados sufren de alteraciones en la percepción de la realidad.