Si bien el Gobierno del dictador Bashar al Assad no confirmó en ningún momento haber pactado la evacuación con los terroristas, diversas fuentes reportaron un cese al fuego que comenzó el domingo y terminó este lunes al mediodía.
La combinación de presión militar, incluyendo brutales ataques con armas químicas, y acuerdos de evacuación ha sido ampliamente utilizada por el régimen en su campaña de reconquista de la capital, por medio de la cual logró en los últimos retomar el control en los barrios de Guta Oriental, en poder de rebeldes.
De esta manera, las fuerzas de Al Assad se apuntan una importante victoria en la capital, en donde persistían bolsones de resistencia desde 2012.
En ese año, la guerra civil siria se había trasladado desde pequeños pueblos en el norte y el sur del país a las grandes urbes, y en Damasco los rebeldes y yihadistas lograron hacerse de barrios en los que impusieron su dominio.
Pero luego de la entrada de Rusia e Irán en apoyo del régimen en 2015, cuando este parecía a punto de caer, las fuerzas del ejército sirio han reconquistado un amplio territorio del país, y se preparan para consolidar su dominio en la zona occidental, la más poblada y rica junto al mar Mediterráneo.
Persisten en control de rebeldes una pequeña región del sur alrededor de la ciudad de Daara, donde comenzaron las protestas que en 2011 dieron inicio a la guerra; una porción más extensa del norte en manos de las milicias del Ejército Libre Sirio, apoyadas por Turquía; un extenso territorio al noreste, controlado por los kurdos, que reciben apoyo de los Estados Unidos; y dos bolsones en el desierto y controlados por el IS