Mayoría de Universidades en América Latina vuelven a las clases presenciales este año

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El Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) y la Instituciones de Educación Superior  de la República Dominicana siguen sin decidir la integración a la docencia presencial total, cuando la mayoría de las universidades de América Latina han anunciado, en su mayoría el regreso a las aulas de las universidades, guardando siempre los protocolos establecidos por la pandemia de COVID-19.

Las universidades privadas de México,  Colombia, Venezuela, Puerto Rico, Cuba,  Ecuador, Chile, Bolivia, Panamá, Brasil, Honduras, Argentina, Uruguay, Costa Rica, y Paraguay inician clases presenciales al 100% este año. Solo en Perú habrá un retorno gradual a las aulas universitarias y Guatemala que imparte clases completamente virtuales.

Las universidades estatales de México, Colombia, Uruguay, Bolivia mantienen el sistema semipresencial para impartir docencia.

Prevalece la virtualidad en universidades

Aquí el órgano rector de la educación superior y los directivos de las universidades e institutos se han reunido en varias ocasiones para tratar el tema, pero prevalece la virtualidad en las clases, a pesar de los reclamos de los padres agrupados en el Comité de Padres y Madres por la Educación Universitaria Presencial, que reclaman la integración a las aulas de estudiantes y docentes.

Funcionarios del Mescyt  y los rectores de las universidades se reunieron nuevamente el pasado jueves y acordaron a unanimidad, “establecer las directrices generales para el retorno a la docencia presencial”, sin embargo se mantendrán en las modalidades semipresencial, virtual e híbrida.

Ahora se acordó que los lineamientos se aplicarán en las clases virtuales en las asignaturas teóricas, y la presencialidad en las prácticas y laboratorios, lo que implica flexibilidad en los centros educativos superiores para que se trabaje de acuerdo con sus realidades particulares. 

Además, las universidades deberán reportar al Mescyt las condiciones de conectividad, infraestructuras, plataformas y sistemas de garantía de la calidad para la gestión de la docencia virtual. 

De las universidades dominicanas, solo el Instituto Tecnológico del Santo Domingo (INTEC), inició el trimestre febrero-abril 2022 con la mayoría de sus sesiones de clases de manera presencial y ofrecerá 65 % de sus sesiones de forma presencial, otro 10 % dentro de la modalidad híbrida y 25 % en modalidad virtual.

Algunas universidades ha acordado el sistema híbrido y otras siguen en la virtualidad, a pesar de que el sistema preuniversitario está en clases presenciales desde agosto de 2021.

El Comité de Padres y Madres por la Educación Universitaria Presencial insisten en que las universidades deben volver a las aulas, pues si algo ha quedado demostrado durante la emergencia de la pandemia es que las clases virtuales nunca podrán sustituir la presencialidad porque la calidad académica de la educación que recibe el estudiantado es insuficiente.

Entienden que la experiencia universitaria va más allá de la academia, la interacción social, el intercambio de ideas y experiencias de vida entre maestros y estudiantes en el salón de clases, el reconocimiento por parte del maestro de las necesidades de los estudiantes a través de sus acciones.

También las respuestas dentro del aula y el manejo de diferentes estrategias de aprendizaje y actividades educativas son los que permiten un aprendizaje significativo y alcanzar los logros propuestos

Alertan sobre cambios de la Ley 

Los padres hicieron un llamado de alerta a los diferentes sectores de la vida nacional  sobre  el Proyecto de modificación de la Ley 139 de Educación Superior Ciencia y Tecnología que entregó el ministro de Franklin García al presidente Luis Abinader.

Deploran que se presentaran estos cambios para legalizar las modalidades de educación a distancia, virtual, semi-presencial o híbrida y educación  abierta que no están contempladas en la misma para las carreras de grado, sin hacer ningún tipo de investigaciones ni estudios que avalen la pertenencia de esta modificación.

Entienden que las universidades no quieren enfrentarse a las brechas, lagunas y regazos que dejaron las clases virtuales durante la pandemia, que lamentablemente no se puede medir en toda su magnitud con mediciones científicas ya que las mismas no cuentan con los recursos digitales ni evaluaciones confiables para hacerlas, pero que serán palpables al regreso a la presencialidad.

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