A los sacerdotes Alejo Nabor Jiménez Juárez y José Alfredo Juárez de la Cruz un grupo de hombres armados los sacó a la fuerza de la iglesia Nuestra Señora de Fátima en la ciudad de Poza Rica la noche del domingo.
Mientras la policía los buscaba en la tarde del lunes, los cuerpos de los hombres, de 50 y 30 años respectivamente, fueron encontrados sobre la carretera, en un paraje conocido como «La curva del diablo», en las afueras de Papantla, en el estado de Veracruz, a menos de 15 kilómetros de donde habían sido secuestrados.
Un auxiliar de los sacerdotes que también había sido secuestrado, logró escaparse.
La Fiscalía General del Estado (FGE) aseguró en uno comunicado que investiga los hechos y que el sobreviviente fue puesto «a disposición del Fiscal Investigador para que declare en torno a estos hechos».
BBC Mundo intentó comunicarse con la fiscalía pero no fue posible.
Aunque la FGE no aclaró que se tratase de los sacerdotes ni dio indicios del posible móvil del ataque, la Diócesis de Papantla confirmó a BBC Mundo el fallecimiento de los religiosos.
La Conferencia del Episcopado Mexicano expresó sus condolencias a los familiares en un comunicado y urgió a las autoridades «el esclarecimiento de los hechos y la aplicación de la justicia contra los responsables».
Inseguridad
El domingo agentes de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) habían iniciado un operativo especial de seguridad en la ciudad de Poza Rica y Papantla, entre otras localidades cercanas de Veracruz.
El estado atraviesa una crisis de inseguridad y el número de homicidios alcanzó en julio un máximo histórico con 132 casos, la cifra más alta en casi dos décadas.
Los ataques contra sacerdotes se han incrementado en los últimos años en México aunque no es producto de una persecución religiosa sino consecuencia de la violencia que sufre el país vinculada al narcotráfico.
Según datos del Centro Católico Multimedial, desde fines de 2012 y hasta este lunes se habían registrado 13 asesinatos y dos desapariciones de religiosos.
En total, desde 1990, se realizaron 52 agresiones contra religiosos y más de 3.000 templos católicos fueron profanados en la última década.