El Estado Islámico domina las tapas del mundo. Sus brutales actos terroristas impresionan y conmueven a todos. No es para menos. Ejecuciones sumarias, decapitaciones y otros métodos sanguinarios son parte de su repertorio: queman vivos a prisioneros en jaulas, los ahogan, incitan a «niños yihadistas» a disparar. Pero, mientras ISIS difunde el pánico, otro viejo conocido de Estados Unidos resurge: Al Qaeda.
Los campos de entrenamiento de la red otrora liderada por Osama bin Laden están creciendo y obligan al Pentágono y a las agencias de inteligencia norteamericanas a evaluar si podrían volverse un caldo de cultivo de una nueva serie de ataques terroristas contra los EEUU, asegura un artículo publicado por The New York Times.
Si bien sus bases no son tan grandes como las que construyó Bin Laden antes del 11 de septiembre de 2001, su amenaza es creciente. Sin embargo, el gobierno de Barack Obama no los considera una prioridad. Ni siquiera en Afganistán, donde el Pentágono viene enfocándose en los talibanes.
«Estoy preocupado por el renacimiento de Al Qaeda en Afganistán debido a que los EEUU serán su objetivo», aseguró hace dos años un ex director de la CIA, Michael Morell, cuyo libro La gran guerra de nuestro tiempo relata los esfuerzos de los gobiernos de Bush y Obama para destruir a Al Qaeda.
«Es por eso que debemos preocuparnos por el resurgimiento de los talibanes. Porque, al igual que antes, los talibanes le darán a Al Qaeda un refugio seguro», manifestó Morell.
«ESTOY PREOCUPADO POR EL RENACIMIENTO DE AL QAEDA DEBIDO A QUE EEUU SERÁ SU OBJETIVO», DIJO UN EX DIRECTOR DE LA CIA
Un alto funcionario del Gobierno ofreció un punto de vista diferente: consideró que el aumento de la actividad de la red terrorista fue más el resultado de las operaciones militares paquistaníes, las cuales empujaron a los extremistas a la frontera con Afganistán, que de los intentos de Al Qaeda por alistar nuevos reclutas afganos en el interior del país.
En octubre, comandos estadounidenses y afganos, apoyados por decenas de ataques aéreos de los EEUU, atacaron en el sur del país un campamento de entrenamiento de Al Qaeda, el más grande jamás descubierto. El asalto, que duró varios días, golpeó dos áreas de entrenamiento que se extendían sobre 50 kilómetros cuadrados y que contaba con túneles elaborados y fortificaciones. Allí murieron 200 terroristas, dijeron funcionarios norteamericanos.
LEA MÁS:
Altos funcionarios del Gobierno admiten que hay otros campamentos o bases de Al Qaeda, incluyendo al menos uno en la provincia de Helmand. «Al Qaeda ha intentado reconstruir sus redes de apoyo y capacidades de planificación con la intención de reconstruir sus capacidades de ataque contra el territorio estadounidense y los intereses occidentales», dijo hace dos semanas el general John Campbell, máximo comandante de los EEUU en Afganistán y quien, desde hace meses, viene advirtiendo sobre la amenaza de estos terroristas.