Un mono de siete millones de años podría ser el ancestro humano más antiguo

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En 1944, unos soldados alemanes descubrieron una mandíbula fosilizada mientras construían un búnker en Grecia.  El espécimen estaba en mal estado, era solo la curva de una mandíbula con sus dientes hechos pedazos.  «Fue considerado solo como un espécimen y no se sabía qué hacer con él», dijo el paleobiólogo David R. Begun, un profesor de la Universidad de Toronto.  Pero un nuevo análisis de esta mandíbula rota reveló que el pedazo de hueso tiene unos siete millones de años y que cuenta con algunas características humanas, añadió.

Begun y sus colegas dijeron que el fósil podría representar el ancestro humano más antiguo del que se tenga conocimiento.  Además, estos sugieren que el fósil significaría que nuestros ancestros divergieron de los simios en el sur de Europa, no en África.

Ambas afirmaciones son atrevidas y muy disputadas.  Pero el fósil es el espécimen extraño de un simio correspondiente a la era en la que vivieron los últimos antepasados comunes entre los humanos y los chimpancés.

En un par de informes publicados por la revista PLOS One, los científicos describieron el fósil y el posible ambiente de la sabana en el que vivió la especie.  Los investigadores afirmaron que podría ser «igual de probable» que el Mediterráneo Oriental sea la ubicación de los simios y de la diversificación humana, así como de los orígenes de los ancestros humanos, al igual que la zona de África tropical.

Reconstrucción del primate que los antropólogos llamaron Graecopithecus freybergi

Reconstrucción del primate que los antropólogos llamaron Graecopithecus freybergi

Otros expertos en la prehistoria humana no están de acuerdo y apuntan a la gran evidencia fósil que existe de que los homínidos, seres humanos no simios y sus antepasados, se originaron en África y emigraron hacia el norte.

«David Begun ha propuesto en repetidas ocasiones que el simio africano y el caldo humano nace en Europa y que los gorilas, los chimpancés y los humanos surgieron de este grupo europeo que luego emigró a África», dijo John Kelley, un peleontólogo del Instituto de los Orígenes Humanos en la Universidad Estatal de Arizona.

La mandíbula en cuestión perteneció a un primate que los antropólogos habían llamado Graecopithecus freybergi. En el nuevo estudio, los investigadores en la Universidad de Tübingen, en Alemania, usaron una tomografía computarizada para observar el interior de la mandíbula. También analizaron un diente premolar superior de otro primate que descubrieron en los Balcanes, Bulgaria, y que data de unos 7.2 millones de años atrás, según determinaron estudios paleomagnéticos. Los autores de los nuevos estudios sugieren que este diente suelto pudo haber pertenecido a otro miembro de la misma especie.

Los análisis de la mandíbula mostraron algunas similitudes con ancestros humanos. A pesar de los dientes astillados, las raíces enterradas en el hueso mandibular se mantuvieron intactas. «La raíz canina era muy corta», dijo Begun. «Las raíces premolares fueron simplificadas, parcialmente fundidas. Ambas características solo se encuentran en los miembros de linaje humano».

El espesor del esmalte del diente fue lo que descartó que perteneciera a otros simios antiguos mejor documentados como los Ouranopithecus, dijeron los científicos. Pero no pudieron probar con total seguridad que el diente vino del Graecopithecus freybergi.

Richard Potts, un paleontólogo que dirige el Programa de Orígenes Humanos del Instituto del Smithsonian, y que no estuvo involucrado en el estudio, señaló que «el apogeo de la diversidad de los simios ocurrió en la Eurasia hace 10 o 12 millones de años atrás». Este grupo diverso de primates emigró a latitudes más bajas, específicamente África y Asia, para escapar las frías temperaturas del norte y los cambios estacionales más drásticos. La idea de que los homínidos aparecieron antes de salir de Europa cuenta con muy «poco apoyo».

Ejemplo de reconstrucción forense facial

Ejemplo de reconstrucción forense facial

«No creo que sea un caso muy fuerte la idea de que los homínidos se originaron en Asia en vez de África. Si, es posible», dijo Susan C. Antón, una profesora de antropología de la Universidad de Nueva York que no estuvo relacionada con el estudio.

Kelley cuestionó la importancia de la raíz de los premolares fundidos. Algunos de los primeros homínidos no tenían estas raíces fundidos en los dientes, mientras que algunos de los homínidos posteriores sí las tuvieron, argumentó.

«Soy el primero en admitir que lo que tenemos no es lo ideal», dijo Begun. «Necesitamos mandíbulas mejor conservadas y algunos huesos de las extremidades para decirnos si era bípedo».  El sitio en la zona urbana de Atenas, donde se descubrió la mandíbula, ahora está demasiado desarrollada para ir detrás de fósiles.  Pero donde se encontró el diente solitario en los Balcanes, hacia el norte a través del mar Egeo desde Atenas, aún permanecen los antiguos afloramientos rocosos.

Begun indicó que planea viajar a Bulgaria para buscar fósiles adicionales. «Si tienes un diente», dijo, «eso significa que tiene que haber otros ejemplares allá afuera».

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