La Bóveda Global de Semillas construida en el Ártico como una inexpugnable fortaleza congelada para proteger las más preciadas semillas alimentarias del mundo, va a ser sometida a una mejora multimillonaria después de que el agua derretida inundara el túnel de acceso.
Ninguna semilla resultó dañada, pero el incidente socavó la idea original de que la bóveda era una instalación «a prueba de fallos» que podía asegurar el suministro de alimentos del mundo para siempre. Ahora el Gobierno noruego, que posee la bóveda, se ha comprometido a pagar cuatro millones de euros para realizar las mejoras necesarias.
La bóveda está enterrada a 130 metros en lo profundo de una montaña en el archipiélago de Svalbard y contiene casi un millón de paquetes de semillas, cada uno con un importante alimento. La bóveda se abrió en 2008 y se colocó en el permafrost, la parte profunda del suelo ártico que permanece, o permanecía, permanentemente congelada. Su objetivo era proporcionar protección contra «el desafío de los desastres naturales o causados por el hombre» y «resistir el paso del tiempo».
Pero los planificadores de la bóveda no habían previsto el clima extremadamente cálido que ha habido recientemente durante el final del año más caliente jamás registrado. “La necesidad de las mejoras técnicas radica en que el permafrost no es tan estable como estaba previsto», afirmó el Gobierno noruego en un comunicado, en el que informaba de que un grupo investigará “posibles soluciones para contrarrestar el aumento del volumen de agua ocasionado por un clima más húmedo y cálido en Svalbard».
Una opción podría ser reemplazar el túnel de acceso que desciende hacia la puerta principal de la bóveda, llevando el agua hacia las semillas. Un nuevo túnel inclinado hacia arriba evitaría el ingreso de agua en la bóveda; es decir, habría que hacer un nuevo ingreso por debajo del nivel de la cámara donde se guardan las semillas.
Arne Kristoffersen, una antigua minera de carbón de Svalbard aseguró a the Guardian que la mayoría de las minas de carbón situadas en islas tenían túneles de entrada inclinados hacia arriba: «Para mí es obvio construir un túnel de entrada hacia arriba, para que el agua salga. Estoy muy sorprendida de que hayan hecho una construcción tan absurda”.
«La construcción fue planeada así porque era una manera práctica de entrar, y no debería haber sido un problema porque el permafrost lo mantendría seguro. Pero ahora que vemos que el la capa profunda del Ártico no es estable, pensamos que tal vez deberíamos modificar el túnel, y de ahí este proyecto”, explicó Hege Njaa Aschim, portavoz del Gobierno noruego en este tema.
En la investigación sobre las distintas maneras para mejorar el túnel de acceso se invertirán 1,4 millones de euros. Las conclusiones del grupo se entregarán en la primavera de 2018. «Están con la mente abierta para encontrar una buena solución», afirma Aschim. “Otros cuatro millones corresponden a todas las mejoras que estamos haciendo ahora». La construcción de la bóveda costó unos ocho millones de euros.
Un transformador que emite calor ya ha sido sacado fuera del túnel, y deben excavarse unas zanjas de drenaje por encima de la bóveda, en la ladera de la montaña, para canalizar el agua lejos del túnel. También se construirá una pared impermeable dentro del acceso para proporcionar una protección adicional a la bóveda de semillas.
“Todas estas medidas forman parte de un plan a largo plazo para mejorar la seguridad de la bóveda, por precaución», explicó el Gobierno en su declaración.
Se supone que la fortaleza estaba diseñada para sobrevivir sin necesidad de intervención humana, pero actualmente está siendo vigilada 24 horas al día, con bombas listas para extraer el agua. Aschim afirma que las semillas estarán seguras a 18 grados bajo cero en la profunda cámara: “Pero para asegurarnos y tomar precauciones en caso de que pase algo, estamos tomando estas medidas ahora para proteger las semillas de cualquier cosa”.
Kristoffersen empezó a trabajar en 1980 en la mina de carbón número 3, que posteriormente se convirtió en el lugar de un proyecto piloto de almacén de semillas que precedió a la construcción de la Bóveda Global de Semillas. Afirma que participó en una reunión inicial de planeamiento para la bóveda, pero que no participó en los planes de desarrollo.
“Toda la lógica de la Bóveda Global de Semillas en la zona permanentemente congelada de Svalbard es que tiene que ser autosuficiente en caso de que ocurra un gran desastre en el mundo”, explica Kristoffersen. “Si hubiera una catástrofe planetaria, los supervivientes podrían venir aquí 100 años después y encontrar las semillas, que estarán bien siempre que permanezcan en la capa profunda de la zona congelada. Pero tal y como está hoy, en unos años toda la entrada se llenará de agua, que se congelará y que bloqueará el acceso. Habrá un gran iceberg en el túnel”, añade.
“La solución es fácil y la doy gratis”, cuanta Kristofferson. “Hagan un nuevo túnel de acceso que suba para que el agua pueda salir y no vaya en dirección al banco de semillas. No es muy difícil, pero costará mucho dinero”, concluye.