El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, acusó al magnate Donald Trump, aspirante a la nominación republicana para las elecciones presidenciales de 2016, de aprovecharse del miedo, la angustia y la rabia de la clase trabajadora para impulsar su campaña política.
En una entrevista difundida hoy por la radio pública NPR, el mandatario menciona los cambios demográficos, las transformaciones tecnológicas y las tensiones económicas que ha vivido Estados Unidos en los últimos años para explicar la rabia y la angustia de la que Trump «se está aprovechando».
«Especialmente, los obreros han tenido un montón de problemas en esta nueva economía, en la que ya no están recibiendo el mismo trato que conseguían cuando iban a una fábrica y eran capaces de mantener a sus familias con un solo sueldo», reconoció Obama, que grabó la entrevista antes de viajar a Hawái a comenzar el sábado pasado sus vacaciones.
«Combinas esas cosas y significa que hay ira, frustración, miedo, algunas de ellas justificadas, pero mal dirigidas. Creo que alguien como el señor Trump se está aprovechando de eso. Eso es lo que está explotando en el transcurso de su campaña», añadió Obama.
Esta es la respuesta más contundente que Obama ha dado a Trump desde el ataque terrorista en San Bernardino (California), donde murieron 14 personas y que el FBI vincula con extremismo islamista.
Entonces, Trump, favorito de las encuestas para la nominación presidencial republicana, propuso vetar temporalmente la entrada de musulmanes en Estados Unidos como respuesta a la amenaza del terrorismo yihadista, lo que provocó una alud de críticas, también desde el aparato del Partido Republicano.
Pese a las críticas a su estrategia contra el Estado Islámico (EI), que han aumentado a raíz de los atentados terroristas de París y de la masacre de San Bernardino, Obama volvió a defenderla en su entrevista con la radio pública y prometió «derrotar» al grupo yihadista.
«Tenemos que tomarlos en serio», aseveró el mandatario, que aseguró que la coalición internacional que EE.UU. lidera en Siria e Irak desde hace más de un año ya ha arrebatado al grupo yihadista el 40 % del territorio que había llegado a controlar.
«Esta no es una organización que pueda destruir a EE.UU. (..) Pero pueden hacernos daño, y puede hacer daño a nuestra gente y a nuestras familias. Y, por ello, entiendo que la gente está preocupada», añadió Obama.
La estrategia del presidente contra el Estado Islámico gira en torno a la coalición internacional antiyihadista formada por 65 países y destinada a evitar una nueva intervención militar de Estados Unidos al estilo de las de Irak y Afganistán.
En las últimas semanas, Obama ha defendido su plan de bombardeos aéreos, el despliegue de fuerzas especiales y el entrenamiento y asesoramiento a las fuerzas locales que combaten a los yihadistas, y ha insistido en varias ocasiones en que no enviará soldados a luchar sobre el terreno.
Actualmente, hay unos 3.500 militares estadounidenses en seis zonas distintas de Irak con la tarea de entrenar, asesorar y asistir a las fuerzas locales que luchan contra el EI.
Además, recientemente Obama autorizó desplegar en Irak un contingente de fuerzas especiales «expedicionario» de unos 100 miembros que podrá llevar a cabo incursiones, liberar rehenes, reunir información de inteligencia y capturar a líderes del grupo yihadista.
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