La amenaza de la llegada de la extrema derecha al poder en Francia de manos de Marine Le Pen ha hecho que hasta Barack Obama salga del prudente silencio que ha mantenido en temas políticos desde que dejó la Casa Blanca en enero. El expresidente estadounidense ha anunciado este jueves su apoyo oficial al candidato centrista al Elíseo, Emmanuel Macron, cuya victoria en las elecciones del domingo considera importante tanto para Francia como para los valores democráticos más allá de las fronteras galas.
“Debido a la importancia de estas elecciones, quiero que sepáis que apoyo a Emmanuel Macron”, dice Obama en un vídeo de algo más de un minuto que el candidato de En Marche! ha colgado en sus redes sociales bajo el mensaje “La esperanza está en marcha, gracias @BarackObama”.
Obama y Macron, que se ha declarado «muy feliz» por el respaldo del estadounidense, ya mantuvieron una conversación telefónica a finales de abril, antes de la primera vuelta, en la que “discutieron sobre el futuro de Europa y sobre los valores progresistas que vinculan a ambos”, según dijo en su momento la campaña de Macron. Pero Obama ha querido esperar al tramo final de las elecciones, en las que el centrista se enfrenta a la candidata del Frente Nacional, para dar su respaldo oficial. Algo que, según ha destacado el propio estadounidense, se debe a la circunstancia extraordinaria del avance de la ultraderecha en Francia y en otras partes de Europa.
“No tengo planes de involucrarme en muchas elecciones ahora que yo ya no me tengo que presentar a unas, pero las elecciones francesas son muy importantes para el futuro de Francia y los valores que tanto nos importan. Porque el éxito de Francia importa a todo el mundo”, explica Obama. En el vídeo, el expresidente demócrata no hace mención explícita a Le Pen, pero queda claro su rechazo cuando describe a Macron como un candidato que “apela a las esperanzas de las personas, no a sus miedos”.
Macron mantiene una cómoda ventaja de 20 puntos en las encuestas sobre Le Pen, aunque el “frente republicano” para frenar a la extrema derecha está mucho más debilitado que hace 15 años, cuando pasó también a la segunda vuelta el padre de la hoy candidata, Jean-Marie Le Pen. En Francia, muchas son las voces que han criticado la falta de un apoyo explícito a Macron para frenar al FN, como ha sido el caso del candidato de la izquierda alternativa Jean-Luc Mélenchon, que no ha querido dar una consigna de voto.
Por el contrario, Macron sigue cosechando respaldos en el extranjero, y son de todo signo político. Si ahora es Obama, esta misma semana fue el exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis el que pidió el voto para el candidato centrista francés. Varoufakis, que representó el ala más dura del Gobierno de Alexis Tsipras en su pulso con la Unión Europea, criticó en una columna publicada en Le Monde la negativa de “ciertos líderes de la izquierda” a apoyar a Macron y dijo “negarse a formar parte de una generación de progresistas europeos que habrían podido impedir el acceso de Marine Le Pen a la presidencia francesa pero que no lo hicieron”. El mes pasado fue el ministro alemán de Finanzas, el conservador Wolfgang Schäuble, el que dijo que “si fuera francés, votaría por Macron”.
La lista de apoyos internacionales a Le Pen es más magra. La líder de ultraderecha se presentó en diciembre del año pasado en la Torre Trump de Nueva York, aunque no fue recibida por el entonces presidente electo, Donald Trump. Sin embargo, el mes pasado, el ya mandatario republicano calificó en una entrevista con la agencia AP a la líder del Frente Nacional como la candidata “más fuerte” de las elecciones francesas, aunque precisó que no se trataba de un respaldo explícito. Ya en plena campaña, Le Pen viajó a finales de marzo a Moscú, donde fue recibida por el presidente Vladímir Putin, aunque este tampoco ha llegado a pedir abiertamente el voto para ella.