Palabras del licenciado Héctor Valdez Albizu, Gobernador del Banco Central de la República Dominicana, al recibir la condecoración Orden Bernardo 0’Higgins en el grado de Gran Oficial

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Excelentísimo Señor Romilio Gutiérrez Pino

Embajador de Chile en la República Dominicana

Excelentísimo Señor Embajador Juan Pablo Lara Bianchi

Director de la Agencia Chilena de Cooperación

Internacional para el Desarrollo

Doctor Pablo García

Jefe del Departamento de Formación y Becas de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo

Distinguidos señores Ex Becarios de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Distinguidos Ex Alumnos dominicanos de la Educación Superior Chilena presentes.

Señores diplomáticos y funcionarios del gobierno que nos acompañan.

Señoras y señores

Amigos todos

Constituye para mí y para toda mi familia, un gran honor  recibir del Gobierno de la República de Chile, la Orden Bernardo O’Higgins, en el Grado de Gran Oficial, condecoración que lleva el nombre del Padre de la Patria chilena, que  se otorga, según rezan las motivaciones de la misma: “a los ciudadanos extranjeros que merecen ser distinguidos por su participación sobresaliente en las artes, ciencias, educación, industria, comercio o cooperación humanitaria y social”, y la cual acepto con humildad, beneplácito y satisfacción.

Este reconocimiento que constituye la más elevada distinción que un extranjero puede recibir de la nación chilena, me hace rememorar mis días de estudiante y los inolvidables momentos vividos en la ciudad de Santiago, en la cual realicé estudios desde los inicios del año 1966, una vez mitigada la guerra civil dominicana de 1965, con una beca para estudiantes universitarios sobre aspectos sociales del desarrollo.

En aquel entonces, en una época de ilusiones colectivas en todo el continente americano, llegué a Chile a cursar esos estudios en el Instituto de Estudios Sociales y del Desarrollo de la Universidad Católica de Chile, siendo acogidos en el ORMEU (Organización Relacionadora de Movimientos Estudiantiles Universitarios), donde asistimos 25 representantes de las naciones latinoamericanas, siendo quien les habla el delegado de la República Dominicana.

Una experiencia rica en conocimientos, que ha servido de base para que muchos estudiantes dominicanos hayan tenido la oportunidad de hacer estudios de grado, posgrado y maestría en esa maravillosa tierra del Cono Sur. Motivo por el cual aprovecho este II Encuentro de ex becarios de la Agencia Chilena de Cooperación Internacional para el Desarrollo y exalumnos de la Educación Superior Chilena, para agradecer esta distinción en nombre de todos aquellos, que, como yo, hemos podido nutrirnos de la cooperación en materia de educación que ha realizado Chile, lo que ha contribuido a elevar el estándar de calidad y profesionalismo en nuestro país.

Asimismo, deseo externar mi agradecimiento por la ponderación de mis modestas contribuciones como Gobernador del Banco Central de la República Dominicana, ente emisor de la moneda nacional y ejecutor de las políticas monetaria, cambiaria y financiera, responsable de velar por el mantenimiento de la estabilidad de precios y el buen funcionamiento del sistema financiero y de pagos.

 
Creo sinceramente, distinguidos amigos, que haber cursado estudios en Chile, un país que simboliza para todos, un paradigma de pujante economía, abierta, flexible e innovadora, la de mayor nivel de desarrollo en América Latina, con avanzados programas de reformas sociales e indiscutible liderazgo en las luchas por la defensa de las libertades ciudadanas, representó en mi juventud una experiencia única que enriqueció mi visión del mundo.

Chile, señoras y señores, territorio de las minas de cobre, de buenos vinos y esperanzas, ha sido un extraordinario país en muchos sentidos. Es la cuna de Gabriela Mistral y Pablo Neruda, ambos Premios Nobel de Literatura muy admirados, así como de otros ilustres hombres y mujeres de letras y prestigiosos artistas. Es también la tierra de singulares procesos de desarrollo, con una de las economías latinoamericanas de más acelerado crecimiento en las últimas décadas, logrando reducir la pobreza del 36% en el año 2000 al 8.6% en 2017.

Como si fuera poco, apreciados amigos, Chile es un país con fuertes reservas internacionales, importantes inversiones públicas y planes de innovación tecnológica destinados a mejorar el nivel educativo y el mercado laboral, conquistas que lo han convertido en un ejemplo para todo el hemisferio occidental.

Permítanme decir que estoy muy emocionado y agradecido del Gobierno de Chile, y en especial del excelentísimo señor Sebastián Piñera, Presidente de la República de Chile,  quien en nombre de los más de 19 millones de chilenos, tuvo a bien conferirme este honor, al recibir de manos del excelentísimo señor Embajador de Chile en la República Dominicana, el apreciado amigo Romilio Gutiérrez Pino, esta condecoración de la Orden Bernardo O’Higgins, máxima figura de la patria chilena,  que en la segunda década del Siglo XIX finalizó con gallardía el proceso histórico de la lucha independentista, que culminó con la Batalla de Maipú, donde se selló la independencia de su nación  de la monarquía española, y quien en un momento crucial de su vida dijo unas palabras que todavía hoy resultan inspiradoras y que repito con orgullo: “Vivir con honor, o morir con gloria”.

Por último, les prometo que ostentaré esta alta distinción, con orgullo y respeto a una nación que tanto quiero y que seguiré adelante con la misma firmeza de espíritu, apoyado en los ideales de “hombría de bien” aprendidos de mis padres, que han caracterizado mi existencia.

Muchas gracias.

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