Los patinetes eléctricos, que en pocos meses han invadido la movilidad parisina, se enfrentan a una nueva reglamentación del Ayuntamiento de la capital, que busca expulsarlos de las aceras, según anunció este lunes el jefe adjunto de transporte, Christophe Najdovski.
Tras el incremento del uso de este nuevo medio de transporte, estos deberán cumplir diferentes reglas para su utilización con la que la alcaldía de París busca que su crecimiento no perturbe el espacio de los peatones y conductores.
Mediante esta nueva medida pretende regular su circulación incluirlos en los carriles de bicicletas e implementar una ley que exija a los usuarios el uso de un casco y un limite de velocidad que no exceda los 30 kilómetros por hora.
La carta firmada por la alcaldía y las empresas operadoras de estos patinetes es una llamada a la toma de conciencia por parte de sus usuarios.
“No podemos permitir que el caos de transporte en el que se encuentra la ciudad siga creciendo”, resaltó el jefe adjunto de urbanismo, Jean Louis Missika.
Además, el acuerdo entre las dos partes también pretende que los operadores creen una base de datos más detallada de los usuarios, como la que se emplea actualmente para las personas que hacen uso de las motocicletas eléctricas.
Y reforzar medidas como el mantenimiento de los patinetes, el aparcamiento de estos en lugares adecuados, que se proporcionarán una vez estén determinados, e iniciar campañas educativas para crear un compromiso de la parte de sus promotores.
La alcaldía resaltó que los operadores también deben asegurarse de que sus clientes estén suscritos a un servicio de seguros de responsabilidad civil, al igual que deberán firmar una declaración juramentada, que indique sur mayoría de edad.
Esta medida trata de velar por la seguridad de los peatones, en particular las personas mas frágiles como los ancianos, niños y minusválidos.
Actualmente, el Ayuntamiento de París estima que 15.000 vehículos, entre ellos patinetes, motocicletas y bicicletas, circulan libremente en las calles parisinas. La cifra podría aumentar a 40.000 si no se toman las medidas necesarias, aseguró Jean Missika.
Al igual que el consistorio, los operadores piensan que las medidas son necesarias, sin embargo, consideran que la toma de conciencia por parte de sus usuarios es uno de los factores más importantes para su regulación.