La cita tiene lugar todos los años y sirve como pretexto para honrar a los ganadores de cadaPremio Nobel. Es organizada por la nobleza sueca y de ella participan los seleccionados por la academia pero además invitados de otras tradicionales casas de Europa. La opulencia es uno de los factores que enmarcan la noche.
El banquete fue realizado con la presencia de la familia real. Pero las mujeres tuvieron un destacado papel. La reina Silvia, la princesa Victoria, la princesa Madeleine y su cuñada, laprincesa Sofía, mostraron todas sus coronas y joyas que deslumbraron al público que se reunió en el City Hall de Estocolmo. Cada miembro de la principal familia sueca ingresó acompañado de un ganador del Premio Nobel. El Rey Carl XVI Gustaf de Suecia acompañó a Michiko Kajita, esposa de Takaaki Kajita, galardonado por sus aportes a la Física.
La decoración del gran salón de Estocolmo tuvo como protagonistas -además de los diamantes de sus majestades- 20 mil flores blancas, amarillas y naranjas donadas por la ciudad italiana deSan Remo, lugar en el que murió Alfred Nobel el 10 de diciembre de 1896. La academia sueca cursó tarjetas a 1.300 invitados especiales, quienes no se perdieron de la majestuosa velada. Una interminable mesa central para 80 comensales atravesó toda la sala, secundada por otras 40 mesas de dispar concurrencia.