Tras la primera vuelta electoral del domingo en Costa Rica, el candidato del Partido Liberación Nacional y expresidente del país, José María Figueres, lideraba el primer corte de resultados oficiales.
Según los datos del Tribunal Supremo de Elecciones, con el 59.22% de las mesas escrutadas, Figueres —quien gobernó entre 1994 y 1998— obtenía el 27.4% de los votos.
El segundo lugar era para Rodrigo Chaves, de Progreso Social Democrático, con el 16.66% y le seguía de cerca el candidato de Nueva República, Fabricio Alvarado con 15.49%.
El abstencionismo en este primer corte es del 44.96%.
En la carrera por la presidencia en primera vuelta no había un favorito claro entre los 25 candidatos, lo que hacía prever la posibilidad de un balotaje.
Si ningún candidato obtiene al menos el 40% de los votos, se celebrará una segunda vuelta el 3 de abril entre los dos más votados.
Ningún candidato se acercaba a ese umbral en los sondeos recientes.
El ganador reemplazará al actual mandatario, Carlos Alvarado, a quien recientemente la fiscalía pidió retirar la inmunidad para procesarlo por cargos relacionados con la recopilación de información personal de los ciudadanos. No es elegible para postularse nuevamente.
Los votantes también elegían el domingo una nueva Asamblea Nacional.
Entre los candidatos parecía haber tres favoritos: Fabricio Alvarado, que perdió ante el actual mandatario en segunda vuelta hace cuatro años y se presenta en esta ocasión, y el exmandatario José María Figueres, cuyo partido —Liberación Nacional— fue fundado por su padre, José Figueres Ferrer, que presidió el país en tres ocasiones en las décadas de 1940, 1950 y 1970.
El Figueres más joven fue presidente de Costa Rica a mediados de los años 90, pero se ha visto cuestionado por un salario de 900,000 dólares que recibió en concepto de consultoría de la compañía de telecomunicaciones Alcatel después de su presidencia, cuando la firma competía por un contrato con la compañía eléctrica estatal.
Nunca se presentaron cargos en su contra y él ha negado cualquier infracción.
Además hay otra política con experiencia, Lineth Saborío, que fue vicepresidenta del país en el gobierno de Abel Pacheco entre 2002 y 2006.
Antes dirigió el Organismo de Investigación Judicial, que supervisa las investigaciones penales en Costa Rica.
A pesar de un rebrote en medio de la pandemia de COVID-19 y decepción hacia la política de muchos ciudadanos, la afluencia de votantes fue notoria desde las primeras horas de la jornada.
En parte pareciera que los protocolos de lavado de manos fueron responsables de la demora en el ingreso de los votantes, pero a pesar de ello, fueron muchos los que se animaron a votar pese a la indecisión y la apatía que reflejaban las encuestas.
Karla Delgado, docente de 34 años, dijo a la AP que sí le preocupa la gran cantidad de contagios de COVID-19 que tiene el país, pero no podía evadir su deber ciudadano de votar.
“Creo que con una mascarilla y como todos estamos bien vacunados, vale la pena salir y participar de esta fiesta democrática. Veo bien los protocolos y espero que todo esto no aumente mucho los contagios”.
Los 25 candidatos a la presidencia repartieron su agenda entre la visita a medios de comunicación y centros de votación, mientas que las calles también lucen llenas con carros que portan banderas y llaman a los simpatizantes de los partidos políticos a animar con pequeñas trompetas.
“Yo esperaba menos gente en la mañana porque uno trata de evitar las filas, pero por lo visto mucha gente pensó lo mismo y se vino a votar temprano”, dijo más temprano a la AP Carlos Rodríguez, un pensionado de 68 años que sufragó en un centro de San José.
No dijo por quién votó, pero considera que la contienda se resolverá en una segunda ronda.
Los costarricenses están frustrados por el alto desempleo, los escándalos recientes de corrupción pública y otro aumento de los contagios de coronavirus, pero ningún candidato ha canalizado ese descontento.
“Salí a votar primero porque es un derecho de la democracia que no debemos desperdiciar ni perder y al haber una enorme oferta de candidatos con gran cantidad de ideologías, debemos escoger bien a las personas que lleven las riendas del país en los próximos cuatro años”, afirmó a la AP Lorna Chacón, una docente universitaria de 49 años, quien también emitió su voto en la capital del país.
Además de la apatía de los votantes, la participación parecía incierta porque los casos nuevos de COVID-19 rondan los 6,000 diarios.
Un funcionario electoral instó a las personas infectadas a no votar, aunque otros reconocieron que no había forma de impedir que la gente ejerciera su derecho constitucional al voto.
Los costarricenses residentes en el extranjero votaron el sábado en los consulados del país.