Hablar sobre suicidio o intento de autoeliminación provoca crispación y en muchos casos la sensación de estar ante una mácula en las familias que mejor conviene ocultar. Incluso diversas religiones lo ven como un pecado y existe la arraigada creencia de que quien se suicida no va al cielo.
Es una realidad que palpan a diario profesionales de la conducta, a quienes les preocupa, principalmente, las deficiencias en el acceso de la población a servicios de salud mental que permitan enfrentar con eficiencia el drama de los suicidios.
Los profesionales de la conducta consultados por LISTÍN DIARIO coinciden en rechazar que exista un auge de los suicidios o un “contagio social”, a raíz de los recientes casos ocurridos en el país, tras atribuir esa percepción de la población a que han ocurrido en lugares públicos y con cierto componente de espectacularidad.
Sin embargo, favorecen una Estrategia Nacional de Prevención de los Suicidios, tal y como plantearon las presidentas de dos fundaciones que trabajan con la prevención, que involucre a los sectores público y privado, y que tenga como prioridad el acceso de la población a los servicios salud mental, a través del Sistema Dominicano de Seguridad Social.
La psiquiatra infanto-juvenil y psicoterapeuta, Zuleika Morillo, considera que las dificultades socio-demográficas y las patologías de salud mental de las personas son causas vitales que conducen a un suicidio o intento de autoeliminación.
La experta consideró que definir una Estrategia Nacional de Prevención del Suicidio sería la mejor respuesta de la sociedad en su conjunto a este flagelo social que llena de luto y dolor cada año a cientos de familias.
“El dengue es algo sistémico y el cáncer algo eminentemente orgánico, y perder un familiar por ambas causas nunca se olvida. Pero así mismo pasa con el suicidio, entonces necesitamos una conciencia social que permita manejarlo desde los diferentes contextos sociales”, indicó.
Morillo, quien es coordinadora del Servicio de Psicología y Psiquiatría del hospital Robert Reid Cabral y catedrática de la Universidad Católica Santo Domingo, exhortó a las personas con pensamientos suicidas a perder el temor y develar las situaciones que están viviendo para que puedan recibir la asistencia que necesitan. “Este es el gran llamado, que las personas puedan salir y decir a mí me pasó, yo lo intenté y pude salir airosa”, añadió.
A su modo de ver, las escasas jornadas de prevención del suicidio resultan insuficientes “porque se quedan ahí, en dos días intensos de trabajo”, pero no se recoge el impacto de la información que se genera en diversas jornadas científicas que organizan universidades y gremios de especialistas en salud mental.
“Lo primero es identificar cuál es específicamente esa patología, porque si es una conducta reactiva a una situación que está viviendo es porque el individuo en su estructura de personalidad no posee las herramientas suficientes para confrontar, ver otras soluciones y no tiene la capacidad de pedir ayuda directiva”, razonó.
La psicoterapeuta favoreció que el Ministerio de Salud Pública establezca unidades de salud mental en las diferentes provincias del país, pero que no sean apéndice de los hospitales, para que de manera autónoma trabajen en la prevención e intervención de las diversas patologías mentales.
Servicios de calidad
La psicóloga clínica y de la Salud, Maricécili Mora Ramis, afirmó que los casos de suicidios e intentos de suicidio que se han registrado durante las últimas semanas evidencian la necesidad de facilitar a la población el acceso a servicios de salud mental de calidad.
Mora Ramis, quien también es profesora en la carrera de Psicología del Instituto Tecnológico (Intec), sostuvo que una persona de escasos recursos tiene pocas opciones para atender un problema de salud mental, ya que son escasos los centros públicos que ofrecen ese servicio, además de que hay pocos psicólogos en el sistema nacional de salud y la práctica privada suele ser muy costosa.
La especialista atribuyó la escogencia de espacios públicos para los suicidios a la necesidad de las personas de tener testigos de su sufrimiento, que se combina con la “creciente tendencia postmoderna a compartir todo lo que ocurre en nuestra vida privada a través de las redes sociales, reality shows y otros medios”.
Sobre cómo asistir a un potencial suicida, Mora Ramis apuntó que uno de los más grandes mitos es plantear que no lo avisan. Por el contrario, dijo, las personas que terminan cometiendo un suicidio atraviesan varios intentos fallidos y, a menudo, lo comunican a las personas de su alrededor, que suelen no creerles.
Niños y adolescentes
La psiquiatra y profesora de la Universidad de la República Uruguay, Laura Viola, declaró a LISTÍN DIARIO que actualmente existe todo un movimiento a escala mundial tendente a buscar las causas que pueden llevar a una persona a la autoeliminación, especialmente en niños y adolescentes.
“Siempre el suicidio es un enigma, pero cuando ese suicidio o intento de autoeliminación se da en los niños se transforma en un escándalo. Son cosas que no esperamos que sucedan y por eso es tan importante encontrar mecanismos para prevenirlos”, explicó la educadora.
Viola, quien visitó el país para ofrecer una serie de talleres sobre el tema, dijo que la prevención de los suicidios está íntimamente ligada a la promoción de la salud mental mediante programas que permitan detectar los factores de riesgos.
La especialista en psiquiatría pediátrica sugirió poner especial atención a los niños y adolescentes que abandonan los estudios, porque se encuentran en alto riesgo de cometer suicidio, pero también de caer en las adicciones y en los embarazos en adolescentes.
Reveló que en Uruguay se aplica con éxito un programa dirigido a niños y adolescentes que han tenido un primer intento de suicidio, debido a que se trata de una población vulnerable y en esos casos son muy altas las posibilidades de repetirlo.
Mientras, el director de Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, Ángel Almánzar, consideró que la percepción de que hay un aumento en los suicidios, se debe a la difusión que se les ha dado a través de los medios de comunicación a casos recientes.
Sostuvo que si la noticia se difunde y se específica el medio que escogió la persona para el suicidio, la acción se podría imitar.
“No hay otra conducta humana tan imitable como el suicidio”, apuntó el psiquiatra, quien aclaró que no se trata de ocultar los casos, sino el tratamiento que se da a la noticia.
Almánzar informó que el Ministerio de Salud Pública ofrecerá con ese propósito un taller a comunicadores y profesionales de la conducta.
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LAS AFLICIONES DE LA GENTE INCIDEN EN ALTAS TASAS
Vicente Vargas Lemonier, psiquiatra y con una maestría en Psicofarmacología, estimó que el aumento de los suicidios se debe a las cargas de aflicciones que enfrenta a diario la gente y que se convierten en un detonador cuando existe una patología mental o genética.
“El aumento de la pobreza, aflicciones, desintegración familiar, drogadicción, el descuido de los padres y las deficientes respuestas de los organismos estatales a los trastornos de salud mental contribuyen a que los índices de suicidios hayan aumentado”, refirió, tras respaldar que los sectores público y privado unan esfuerzos para definir una Estrategia Nacional de Prevención de los Suicidios.