El Departamento de Salud de Puerto Rico confirmó la presencia de la variante Delta (B.1.617) del COVID-19 en la isla.
Según indicó el principal oficial de epidemiología del Departamento de Salud, José Becerra, a El Nuevo Día, la variante que se encuentra en la isla está siendo difícil de detectar debido a la complejidad para realizar secuenciaciones del virus que permitan identificar estas mutaciones.
“En Puerto Rico, existe esa capacidad (de secuenciar), pero no está operacional en este momento. Sería coordinar el laboratorio del Departamento de Salud y otros laboratorios, como el de la Ponce Health Sciences University, pero hay una coordinación que tiene que darse que, hasta ahora, no se ha dado, y es cierto, hay obstáculos en esa coordinación de los que me estoy enterando”, expresó el funcionario al medio boricua.
Además, cuestionado sobre cuales otros obstáculos se observan actualmente en Puerto Rico, Becerra mencionó la falta de fondos para que el laboratorio a cargo de realizar las pruebas, pueda adquirir maquinarias y reactivos necesarios.
“Tenemos unas limitaciones de asignación de fondos, de desembolso y compras de reactivos. También tenemos otras complicaciones de reglamentaciones que no permiten que se den unas direcciones administrativas versus la dirección programática y profesional del laboratorio”, puntualizó.
Sumada a Delta, según el Departamento de Salud de la isla también circulan 12 variantes del COVID-19, siendo la Alpha (B.1.1.7), detectada por primera vez en Inglaterra, la de mayor incidencia.
En ese sentido, y como medida para combatir el virus y sus variantes, Becerra instó a vacunarse contra el COVID-19 ya que es “el mecanismo más eficaz para “tirarle la raya”.
“Tenemos todavía un 40% de la población apta (para recibir la inyección) que no está vacunada, y esa población tiene que seguir las medidas de prevención básicas como el distanciamiento físico, higiene, lavado de manos y mascarilla. Esa población no puede bajar la guardia porque es una forma de contener cualquier infección”, aseguró Becerra a El Nuevo Día.
No obstante, Becerra dijo que existe una reducción de la efectividad de las vacunas ante la variante Delta, pero dijo que no debe ser motivo de preocupación.
“A pesar de que se reduce la eficacia con estas nuevas variantes, de esta (la Delta) particularmente, todavía (la vacuna) es altamente efectiva. Estamos hablando de un 85% a 80%”, sostuvo.
Según los datos de Salud, hasta el martes, se habían administrado 3,307,384 dosis de las vacunas contra el COVID-19, número que corresponde a 1,885,502 personas con al menos una dosis y 1,514,043 personas con la serie de dosis completada.