Los gobiernos de Rusia, Turquía e Irán, firmaron este jueves en Astaná un memorándum para la instalación de «zonas de seguridad», en Siria, destinadas a hacer cesar los combates en gran parte de este país.
Rusia e Irán sin aliados del régimen sirio de Bashar al Asad, mientras que Turquía apoya a rebeldes que combaten contra éste y también contra el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS), que no participa de las negociaciones de paz.
Pero los tres países se mostraron de acuerdo en organizar las negociaciones de paz en Astaná, en Kazajistán, y en firmar el documento «sobre la creación de zonas de distensión en Siria», declaró el ministro de Asuntos Exteriores kazajo, Kairat Abdrajmanov, al término de este encuentro entre representantes del régimen sirio y de los diferentes grupos rebeldes que lo combaten.
El acuerdo, sin embargo, no fue firmado ni por los emisarios del régimen de Damasco ni por los rebeldes presentes en Astaná, ciudad que durante dos días ha concentrado las negociaciones sobre estas «zonas de seguridad».
El pacto, además, no parece que haya suscitado unanimidad, ya que uno de los miembros de la delegación rebelde lanzó un grito para protestar contra la firma del documento por parte de Irán, comprometido con armas y soldados en la lucha. El rebelde terminó por abandonar la sala, según una periodista de la AFP presente en el lugar.
Las primeras «zonas de seguridad» se crearían en los territorios rebeldes en la provincia de Idlib, en partes de la provincia de Homs en el centro, y en el enclave opositor de Ghouta en Damasco.
El objetivo en estos casos será «poner un fin inmediato a la violencia y proveer las condiciones para el regreso voluntario y seguro de los refugiados» además del envío de ayuda humanitaria, según el documento oficial del encuentro.
Pero aún no se ha definido que países se encargarán de custodiar cada «zona de seguridad».
Si bien los Estados Unidos no participaron del proceso, el proyecto es similar al pedido del presidente Donald Trump de establecer «zonas seguras» en el país.
Incluso el mandatario ruso, Vladimir Putin, aseguró que su par estadounidense apoyaba el plan «a grandes rasgos».
Se calcula que más de 320.000 personas han muerto en los seis años de la guerra civil en Siria, y desde entonces los repetidos cese al fuego y las negociaciones de paz entre los diferentes actores no han tenido éxito en poner fin al conflicto.