Un vuelo de Southwest Airlines, que cubría la ruta de Nueva Orleáns a Orlando, tuvo que hacer un aterrizaje de emergencia cuando uno de sus motores falló, informó la aerolínea.
Una mujer que estaba en el avión con su esposo y tres hijos le dijo a KOCO, un canal afiliado a CNN, que su asiento daba a la ventana junto al motor.
«Hubo una gran explosión. Después un poco de humo y luego nada», dijo a la estación de Oklahoma City. «Vi partes agitándose en el aire».
El avión comenzó a sacudirse y las máscaras de oxigeno se desplegaron mientras el avión descendía.
Algunas personas comenzaron a gritar y a llorar, dijo la pasajera.
Ninguno de los 99 pasajeros ni los cinco miembros de la tripulación resultó herido, dijo Southwest.
El avión hacía el vuelo 3472 y fue desviado a Pensacola, cuando la tripulación declaró una emergencia, según la Administración Federal de Aviación.
Southwest describió el problema en el motor como un problema mecánico.
«(La tripulación) estuvo muy profesional. Fueron increíbles», agregó la mujer, que no fue identificada.
«Quiero decir, no podríamos haber tenido una mejor tripulación, y fue gracias a ese piloto que todos estamos vivos», aseguró la pasajera.
La mujer dijo que una vez que el avión pareció estabilizarse, uno de los pilotos fue a la cabina de los pasajeros para decirles que habían perdido un motor.
La Administración Federal de Aviación y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte se encuentran entre las agencias que investigan el incidente.
Según la Administración Federal de Aviación, el avión en cuestión es un Boeing 737, que tiene dos motores de turbo reacción de doble flujo, uno en cada ala.