Tom y Delma Ledbetter murieron hace dos semanas tomados de la mano, con el mismo amor que los acompañó en sus 62 años de matrimonio. Vivían en Lake Jackson, Estados Unidos.
«Mamá era de Nebraska, y papá era de Arkansas», dijo Donetta Nichols, una de las hijas de la pareja, quien recuerda como sus padres se conocieron gracias a unos amigos, cuando ambos tenían 20 años.
Los Ledbetters se conocieron en Florida y tres semanas después de su primer encuentro se casaron. Pronto siguieron dos hijas, luego nietos y bisnietos, en una una vida llena de amor y risas.
La felicidad familiar se rompió en abril de este año, cuando Delma se enfermó y no se recuperó. No tenía pulso, ni una presión sanguínea adecuada, por lo que no pudieron conseguir su recuperación. Pocos días después, su esposo Tom también quedó enfermo.
«Los llevamos al asilo. Habían juntado sus pequeñas camas y mamá estaba tendida allí frente a él. Estaba dormida y así se fue, luego él le agarró su mano y se quedó allí con ella. Fue tan dulce», recuerda su hija Donetta.
Sus vidas terminaron de la misma manera que su relación comenzó, «tomados de la mano«. A Donetta Nichols solo la consuela que esa «era exactamente (la forma) como querían irse. No podría haber sido mejor».