Las noticias no son buenas en Florida. El estado reportó este viernes un récord diario absoluto de 8.942 nuevos contagiados de COVID19 (el anterior era de 5500 contagios en un día). Con esto se suman cerca de 123.000 casos desde que comenzara la pandemia en el estado sureño que inició su proceso de reapertura hace un mes. Preocupa además la gran velocidad con la que se están dando los contagios. En los últimos siete días Florida agregó 33.212 nuevos contagios.
Con estas novedades, y evitando tener que volver a imponer una orden para que los residentes se queden en sus casas, las autoridades acaban de anunciar que de manera efectiva inmediatamente se prohíbe la venta de alcohol en los bares de todo el estado.
La medida, anunciada por el Departamento de Comercio y Regulaciones Profesionales de Florida a través de sus redes sociales, no afecta a los restaurantes que podrán seguir vendiendo alcohol a sus clientes.
La lógica detrás de esta medida tiene que ver con que los indicadores del Departamento de Salud estatal señalan que quienes se están contagiando de coronavirus de manera masiva son los jóvenes. El promedio de edad de los nuevos contagiados de esta semana es de 33 años, muy lejos de los 65 años y medio que en promedio tenían quienes contraían el virus a mediados de marzo. Por cuestiones de respeto de privacidad, el Departamento de Salud tiene limitaciones a la hora de rastrear dónde pudieron haberse contagiado las personas (y mayores limitaciones aún para publicar esos datos), pero los epidemiólogos estatales llevan días indicando que los bares son parte del problema de los contagios masivos.Texas fue más allá y ordenó el cierre de todos los bares en los que las ganancias provienen en más del 51% de la venta de alcohol (REUTERS/Nuri Vallbona)
La medida de Florida replica una norma impuesta en Texas semanas atrás. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, ha recibido mucha presión en las últimas horas para imponer nuevas reglas que no lleguen a un nuevo cierre de la economía. De hecho, este viernes se supo que Texas había avanzado en cerrar por completo los bares en el estado que obtuvieran más del 51% de sus ganancias con la venta de alcohol.
La prohibición de la venta de alcohol en bares no afecta al condado más densamente poblado del estado, Miami-Dade, dado que aquí aún no se ha pasado a la fase 3 de reapertura y los bares permanecen cerrados aún. Eso no implica que los contagios estén controlados en esta región, hoy de los casi 9 mil nuevos casos en toda Florida, 1528 pertenecen a Miami-Dade.
El otro gran debate en el estado pasa por el uso obligatorio de mascarillas. En la página oficial de la administración de DeSantis se aconseja el uso de mascarillas tapabocas, pero no hay una orden que indique la obligatoriedad de su uso. En la ciudad de Miami ayer se aprobó la imposición de multas a quienes no utilicen máscaras en espacios públicos (incluidas las aceras). Quien camine por Miami sin cubrir su nariz y su boca recibirá una advertencia la primera vez que un oficial de la policía lo encuentre. En una segunda ocasión, tendrá que pagar 50 dólares, en una tercera oportunidad la multa asciende a 150 dólares y así sucesivamente hasta llegar a los 500 dólares.
Las autoridades tanto estatales como municipales insisten en que pese a lo preocupante de los contagios, el estado no está en crisis debido a que los hospitales aún tienen capacidad para atender más pacientes y el índice de mortalidad del virus es mucho más bajo aquí que lo que fue en otros centros de la pandemia.