Un devastador terremoto se espera aquí, en un lugar del que nunca has oído hablar

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Si la falla de Cascadia produjera un terremoto de gran magnitud, el terremoto y el consiguiente tsunami podría matar a más de 11.000 personas y herir a más de 26.000 en el noroeste de EE.UU., según modelos.

La madre Tierra lentamente revela sus secretos, y esta vez, es una falla geológica en lo profundo del vientre del planeta.

Su nombre es un amago: la zona de subducción Cascadia.

Su descomunal tamaño y su potencial poder asombra a los expertos en terremotos, quienes dicen que podría causar el peor desastre natural en la historia de Norteamérica (si se quiebra por completo).

Esta fabricante de terremotos se encuentra en el fondo del océano Pacífico, donde el lecho del mar se encuentra con la placa tectónica Norteamericana. En total, se extiende 1126,54 kilómetros a lo largo del noroeste del Pacífico, desde la isla Vancouver de Columbia Británica a Washington, Oregon y hasta el cabo Mendocino del norte de California.

De hecho, «la Cascadia» ya ha hecho historia, al causar el terremoto más grande en la parte continental de Estados Unidos el 26 de enero de 1700. Fue entonces cuando la Cascadia desató uno de los más grande terremotos, el cual causó un tsunami tan grande que pasó arrasando a través del Pacífico y dañó pueblos costeros en Japón.

Ahora los científicos dicen que es cuestión de cuándo la falla de Cascadia golpeará otra vez.

Ese terremoto grande podría «golpear en cualquier momento», e incluso hay un sitio web llamado Aftershock que le permite a los residentes de Oregón que introduzcan su dirección para recibir un informe personalizado sobre los riesgos sísmicos. Si la falla Cascadia produjera un terremoto de gran magnitud, el terremoto y el consiguiente tsunami podría matar a más de 11.000 personas y herir a más de 26.000, según un modelo de la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA, por sus siglas en inglés).

La falla geológica llamada la zona de subducción de Cascadia se encuentra en las aguas costeras y abarca 1126,54 kilómetros.

Cascadia es más temible que San Andrés

Todos conocen a la prima de Cascadia en California: la falla de San Andrés. Esta atrae todo el glamour terrorífico, incluso con una película este año: «Terremoto: la falla de San Andrés», en la que se dramatiza un apocalipsis en la parte occidental de Estados Unidos.

La verdad es que la falla de San Andrés es un peso ligero comparado con la de Cascadia.

La de Cascadia puede provocar un terremoto muchas veces más fuerte… además de un tsunami.

«La falla de Cascadia puede provocar un terremoto casi 30 veces con más energía que la de San Andrés, y luego generar un tsunami al mismo tiempo, el que no puede ser generado por el movimiento de lado a lado de la de San Andrés», dijo Chris Goldfinger, un profesor de geofísica en la Universidad Estatal de Oregón.

La falla de Cascadia es capaz de liberar un terremoto de una magnitud de 9.0… una impresionante demostración de fuerza de la Madre Naturaleza.

«Tendrás de tres a cinco minutos de sacudida, y si estás acostumbrado a terremotos en California, estos comúnmente duran de 15 a 30 segundos y, antes de que estés realmente seguro de lo que está pasando, este se acaba», dice Goldfinger.

Uno de magnitud 9 será diferente.

«En este caso, tres minutos –y he estado en uno de 9 en Japón–, tres minutos es una eternidad. Este es un tiempo muy, muy largo», dice Goldfinger. «Perderemos muchísimos puentes, perderemos nuestras carreteras, la costa probablemente estará cerrada por los puentes caídos o los derrumbes, o ambos».

Podrías también leer esto ahora en caso de que alguna vez te veas atrapado en un desastre de ese tipo: los equipos de rescate se verán abrumados.

«Debido a que habrá daños en todas las calzadas, en las diferentes carreteras y diferentes infraestructuras, y que además será muy difícil desplazarse y evaluar qué está sucediendo y cómo podrías llegar a las personas y proveerles de algunos de los recursos que quizás necesiten», dijo el comandante Richard Ouellette de la Patrulla Aérea Civil de la región del Pacífico.

Revelaciones sobre la letalidad de Cascadia

Antes de la década de 1980, la falla de Cascadia fue pasada por alto porque no parecía moverse o causar terremotos.

Los científicos ahora saben otra cosa.

«Cuanto más sabemos acerca de ella, menos nos gusta, porque está convirtiéndose en un gran peligro también», dice Goldfinger.

Para demostrar que la falla de Cascadia ha sufrido rupturas anteriormente, los científicos estudiaron los así llamados «bosques fantasma» del noroeste del Pacífico.

Debajo de las plantas y los árboles, la tierra y el barro, existe un registro de los cambios en el paisaje. Al excavar en ellos, el geólogo del Servicio Geológico de Estados Unidos, Brian Atwater encontró la prueba de uno de los mayores terremotos del mundo.

El geólogo Brian Atwater muestra un legado de la ruptura de la Cascadia en 1700: Esta creó un tsunami cuyo impacto está marcado hoy en día mediante una capa de arena sobre lo que era el suelo del bosque, en un banco cerca de Copalis Beach, Washington.

«La prueba de campo para el tsunami aquí es la capa de la arena que descansa en el suelo del bosque en el que estos árboles echaron sus raíces», dijo Atwater.

Él descubrió que después del terremoto, la costa se redujo alrededor de 1,5 metros y luego, varios minutos después, el tsunami alcanzó un bosque de abetos, bañándolo con agua del océano. Los árboles no pudieron sobrevivir en el agua salada, pero muchos de sus troncos ahuecados y muertos siguen de pie hoy en día… indicadores de la devastación de la Cascadia hace siglos.

Mediante la inspección de los anillos en los troncos y las raíces que quedaron, los científicos redujeron la fecha en la que la falla de Cascadia sufrió una ruptura… entre 1680 y 1720.

Armado con esta información, el investigador japonés de terremotos, Kenji Satake, acudió a diarios y registros de familias prominentes y templos de la época Shogun que se remontan a la década del año 600. La misión era encontrar el registro de un tsunami que no hubiera estado acompañado de una tormenta o un terremoto en Japón.

Los científicos ya sentían curiosidad sobre si un maremoto podría haber venido a raíz de un terremoto en América del Norte. Después de todo, los investigadores concluyeron que la actividad sísmica de América del Sur ocasionó tsunamis en Japón en 1586, 1687, 1730, 1751 y 1837.

A partir de varios registros, se hizo evidente que un tsunami huérfano –carente de temblores o una tormenta en Japón– efectivamente se estrelló en su costa en enero de 1700.

«Existen fuertes debates en la comunidad científica, sabes, acerca de un montón de detalles, pero no acerca de esa conclusión fundamental», dijo Atwater.

No hay manera de predecir el próximo gran terremoto

Desafortunadamente, es imposible que veas la falla de Cascadia de la misma manera en que puedes ver la de San Andrés, la cual deja una línea visible en algunas partes de California.

La falla Cascadia se encuentra bajo el agua, donde la placa oceánica en realidad se sumerge bajo la placa Norteamericana. La «zona de subducción de Cascadia» le debe su nombre a la cordillera de las Cascadas que va paralela a la falla desde lejos y de cómo una placa subduce a, o pasa por debajo de otra.

No hay forma de predecir cuándo la falla de Cascadia ofrecerá el siguiente grande, dice Goldfinger.

«Me gustaría que hubiera una manera, pero no, no existe una», dice Goldfinger. «No podemos ver hacia adelante y decir que estamos a punto de que ocurra o que hace tiempo debió haber ocurrido».

Tales terremotos son el precio del paraíso de la Costa Oeste.

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