Una mujer de Manhattan llamada Cailey Fiesel compró en julio un vestido negro de la marca española en la ciudad de Greenwich, Connecticut, y lo colgó en su armario hasta que lo usó por primera vez en agosto para ir al trabajo.
Mientras estaba trabajando, la joven de 24 años empezó a notar un olor inquietantemente penetrante y no podía identificar la fuente, según reportó al sitio TMZ. A pesar de levantarse de su escritorio y caminar alrededor, ella no podía escapar de ese olor.
Finalmente notó que algo, que pensó que era un hilo, le rozaba la pierna. Cuando trató de arrancarlo, percibió un bulto entre las costuras. Fue entonces que se dio cuenta de que no era un hilo, sino la pata de una rata muerta. El resto del cuerpo del roedor estaba atrapado entre las telas.
La afectada dijo que tuvo una erupción en la piel y los médicos diagnosticaron que era a causa de la rata. Fiesel decidió demandar a Zara por daños no especificados al decir que el vestido pudo generarle «lesiones personales y angustia emocional».
Un vocero de la sucursal estadounidense de Zara declaró al portal TMZque la firma «está al tanto de la demanda» y «está investigando el asunto», aunque ha recordado que su empresa sigue «estrictas políticas de salud y seguridad» y su compromiso consiste en «garantizar que todos los productos cumplen con esos requisitos rigurosos».
