¿Es un adicto a las compras? Si quiere salir de dudas puede hacer el test desarrollado por un equipo de investigadores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Bergen (UIB), denominado la ‘Escala Bergen’, que mide la adicción a las compras. El nuevo método, que se avanza en la revista «Frontiers in Psychology», se basa en los elementos fundamentales de la adicción ya reconocido como criterios de diagnóstico para otras adicciones y es el primero de este tipo en todo el mundo.
«La tecnología ha hecho que comprar sea muy accesible, la que facilita que la aparición de adicciones» explica Cecilie Schou Andreassen, que también trabaja en la Universidad de Yale (EE.UU.).
Según el Centro CAT de Barcelona, el perfil típico del comprador compulsivo es una mujer, en torno a la treintena, de no importa que clase social, que ha desarrollado este hábito a fuerza de comprar ropa, zapatos, joyas y productos de belleza. Aunque no hay que olvidar que también hombres, aunque muchos menos, y sus preferencias se decantan por los aparatos eléctricos y las herramientas para el hogar. Sin embargo, no está no catalogado como un trastorno mentales. Algunos estudios estiman una prevalencia en la población de entre el 2 y el 8 %.
Andreassen explica que la adicción a las compras es más frecuente en ciertos grupos demográficos y en las mujeres. Suele «iniciarse durante la adolescencia tardía o los primeros años de la edad y parece disminuir con la edad».
Además, añade, está relacionada con ciertos rasgos de personalidad: personas con mayor grado de extroversión y neuroticismo tienen un mayor riesgo de desarrollar adicción a las compras. Los extrovertidos, aclara, «lo hacen en una búsqueda de sensaciones y pueden utilizar las compras de expresar su individualidad o mejorar su estatus social y su atractivo personal». En cuanto las personas neuróticas, continúa, son «ansiosos, depresivos y conscientes de sí mismo, y parece que podrían utilizar las compras como un medio para reducir sus sentimientos negativos».
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