El Banco Central Europeo desaceleró este jueves el ritmo de los aumentos a las tasas de interés, absteniéndose de incrementos grandes que buscan combatir la inflación. El alza de un cuarto de punto se da tras evidencias de que sus gestiones están surtiendo efecto al restringir el acceso a hipotecas y préstamos corporativos.
La decisión ocurre un día después de que la Reserva Federal de Estados Unidos aprobó un alza de un 0.25 puntos porcentuales e insinuó que podría hacer una pausa en sus aumentos.
Pero el banco central de la eurozona empezó más tarde con sus alzas y podría tener que seguir aplicándolas, incluso si el crecimiento económico se aletarga y a pesar de la turbulencia en el sector bancario estadounidense.
«Según la información que tenemos hoy, tenemos más terreno por recorrer y no vamos a hacer una pausa», dijo la presidenta del BCE, Christine Lagarde, en una conferencia de prensa. Y agregó: «Este es un viaje. Todavía no hemos llegado».
Lagarde expresó que no hay un «número mágico», pero que el banco «sabrá cuál es cuando lleguemos allí». La inflación ha disminuido durante varios meses, pero con 7% todavía está muy por encima del objetivo del BCE del 2%.
El BCE informó en un comunicado que la inflación «ha disminuido en meses recientes, pero las presiones subyacentes sobre los precios perduran».
Medidas surten efecto contra inflación
El banco europeo desaceleró los aumentos de las tasas ante evidencias de que los bancos están dando menos préstamos, y que tanto consumidores como compañías están pidiendo menos créditos e hipotecas. Ello indica que la serie de seis aumentos de las tasas de interés aplicados en Europa, de medio punto o de tres cuartos de punto, están surtiendo efecto.
Restringir el crédito tiende a enfriar el gasto, lo que alivia la presión sobre los precios, pero también puede inhibir el crecimiento económico. La demanda de hipotecas se desplomó en los primeros tres meses del año, tras la disminución más pronunciada desde que se empezaron a registrar esas cifras en 2003 a fines de 2022.
La inflación se debe, en gran parte, a la invasión de Rusia a Ucrania, que impulsó los precios del petróleo y llevó a Moscú a cortarle la mayoría del gas natural a Europa. Desde entonces los costos energéticos han disminuido, pero sigue la tendencia hacia precios más altos de bienes, servicios y alimentos.
Los precios de los alimentos aumentaron 13.6% en abril comparado con el mismo mes del año anterior, tras un incremento anual de 15.5% el mes anterior.
La inflación subyacente —que excluye los rubros más volátiles como el combustible y los alimentos— en abril fue de 5.6%, luego de alcanzar un récord de 5.7% en marzo. Esa cifra es considerada un mejor indicador de la manera en que las presiones inflacionarias están aumentando debido a la demanda por bienes y mayores salarios.