Hace unos días, dos mujeres hawaianas, junto a sus dos perros, fueron rescatadas del océano Pacífico, luego de haberse encontrado casi cinco meses a la deriva. Sin embargo, nuevas revelaciones de la Guardia Costera y las inconsistencia del relato han puesto en duda la versión de las sobrevivientes.
Según explicaron las mujeres, el motor de su embarcación dejó de funcionar el 30 de mayo, por lo que decidieron continuar su viaje a vela. «Luego de dos meses de travesía y pasado el tiempo estimado originalmente para llegar a Tahití, comenzaron a enviar llamados de auxilio».
Fue recién cuando un barco pesquero taiwanés las encontró a 1500 kilómetros al sureste de Japón y contactó a las autoridades estadounidenses. Las mujeres y sus mascotas aseguraron que sobrevivieron bebiendo agua purificada y con una provisión “para más de un año” de alimentos secos (pasta, arroz y cereales).
Sin embargo, habrían algunas inconsistencias que revelarían una probable falsedad en las declaraciones de las sobrevivientes. Por ejemplo, ellos indicaron que tenían radios, teléfonos satelitales, sistemas de GPS y a bordo de su barco, pero no mencionaron que tenían una radiobaliza de emergencia, que es un dispositivo que envía una señal de socorro con un indicador de ubicación y habría permitido un rescate en cuestión de horas.
Ante ello, Jennifer Appel, una de las tripulantes, afirmó que tenían el sistema pero no quisiera usarlo porque solo es necesario cuando hay riesgo de muerte. «Nuestra embarcación era sólida, estábamos flotando, teníamos agua, comida, y una limitada capacidad de maniobra», explicó.
Phillip Johnson, oficial retirado de la Guardia Costera, detalló que es poco probable que todos los equipos de comunicaciones fallen al mismo tiempo.
Otro punto importante es que Appel aseguró que no pensaron que se iban a morir “aunque nos iba a demorar mucho más tiempo llegar a nuestro destino», lo que contradijo con las declaraciones de su compañera Tasha Fuiava, quien dijo que hubo momentos en las que ambas estuvieron a punto de rendirse.
También un dato que ha cobrado importancia es la presunta tormenta que dificultó el viaje, pues los servicios metereológicos y las imágenes satelitales revelaron que no existió tal fenómenos durante los días que las mujeres afirmaron.
En tanto, las sobrevivientes también descartaron intentar dirigirse a otras islas porque, manifestaron, se encontraban lejanas o las consideraban peligrosas.
