La mayoría de los muertos fueron mujeres y niños. Y las encargadas del ataque también.
Tres menores fueron elegidas por el grupo islamista nigeriano Boko Haram para la misión suicida que el martes dejó al menos 56 muertos en el campamento de desplazados de Dikwa, en el noreste de Nigeria.
Aunque sólo dos se hicieron explotar.
Según las autoridades, la tercera niña decidió no detonar su chaleco explosivo cuando se dio cuenta que sus padres y hermanos estaban en el campamento.
«Dijo que le preocupaba la posibilidad de matar a su propio padre», le explicó Algoni Lawan, vocero del gobierno local del área de Ngala a la agencia AFP.
Y su testimonio confirma que al menos algunos de los menores empleados por Boko Haram para sus ataques suicidas están conscientes de la naturaleza doblemente letal de su misión.
Miedo y convicción
«Algunos lo hacen por miedo, otros porque les han lavado el cerebro», le dijo a BBC Mundo Ahmed Abdullahi, del servicio hausa de la BBC.
«En un caso muy similar en Kano, hace unos dos años, una niña que tampoco quiso detonar su chaleco contó que la habían amenazado con enterrarla viva», recordó Adbullahi.
Pero, según el periodista, otras actúan convencidas de que se están ganando el paraíso.
De hecho, la arrepentida de Dikwa les dijo a las autoridades de que había tratado, sin éxito, de convencer a sus compañeras que renunciaran a la misión.
Las tres niñas se habían hecho pasar por desplazadas y pasaron la noche del lunes en el campamento en el estado de Borno, que alberga a unas 50.000 personas que dejaron sus hogares tratando de escapar de la violencia.
Y el ataque se produjo al día siguiente en horas de la mañana, cuando muchos hacían fila para recibir alimentos.
Táctica común
La táctica de emplear mujeres y niñas para sus ataques es cada vez más empleada por los islamistas de Boko Haram.
«Ayer mismo se reportó que una niña de 10 años había sido empleada para detonar una bomba en un mercado en Maiduguri, también en el estado de Borno», dijo un portavoz del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al transmitir la condena del Secretario General de Naciones Unidas.
Según el periodista de la BBC en Abuja Abdullahi Kaura Abubakar, los militantes cada vez tienen más dificultades para atacar blancos militares.
Pero el grupo, que en seis años de insurgencia ha secuestrado a numerosas jóvenes, no parece tener problemas infiltrándolas en los campamentos de desplazados, afirma Abubakar.
De hecho, como reporta The New York Times, Naciones Unidas estima que desde junio de 2014 Boko Haram ha empleado a 100 mujeres y niñas para ataques antes realizados por hombres.
El grupo islamista, cuyo nombre significa «Se prohíbe la educación occidental» fue fundado en Nigeria 2002 pero inició operaciones militares en 2009.
Desde entonces ha causado la muerte de unas 20.000 personas y la violencia ha forzado a unos 2,5 millones de nigerianos a abandonar sus hogares.
Pero el grupo, que se declara parte del autodenominado Estado Islámico, ha perdido mucho del territorio que llegó a controlar.