Un encuentro con Pedro Martínez llevó a David Ortiz al equipo de Boston

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Pedro Martínez quería complacer su paladar una noche de diciembre del 2002. Discutió la idea de a dónde ir cenar con varios amigos, pero al final una voz interna le susurró un conocido restaurante de esta ciudad.

De forma fortuita, allí se encontró con David Ortiz, quien había sido dejado libre por los Mellizos de Minnesota y desde ese lugar llamó a los ejecutivos de los Medias Rojas para firmarlo.

Así cuenta el inmortal de Cooperstown en primera persona en el portal “The Players Tribune”, espacio en el que atletas de elite narran sus propias historias

Martínez revela cómo un antojo que tenía por estofado de langosta llevó a un encuentro con Ortiz en ese restaurante.

“Juro que fue Dios murmurándome: Langosta, Pedro. Ve a la langosta. Así que les dije a mis hijos: ‘Vamos al Vesubio'», cuenta.

David Ortiz, el décimo de Boston en tener camiseta retirada

Relata lo que sucedió cuando entró al lugar:

David estaba sentado en una mesa de atrás hablando con alguien por teléfono. David era mi muchacho cuando los Mellizos iban a Boston, lo llevaba a mi casa a cenar y lo tomé bajo mi ala.

No había visto a David en un rato, así que me escapé detrás de él y le di un gran abrazo. Pero no estaba sonriendo. Sólo seguía escuchando a la persona por teléfono. No creo haber visto a David sin sonreír.

Así que lo dejé solo para terminar su llamada, me senté y tomé mi estofado. Cuando volví a la mesa de David más tarde, todavía parecía estar deprimido.

Le dije: «Compadre, ¿qué pasó?». Él dijo: «¿Puedes creer esto?»

-¿Crees qué?

«Acabo de ser dejado libre por Minnesota.»

Sentimientos encontrados

Aunque en ese momento fue una noticia negativa para Ortiz, para Martínez fue de mucha alegría, pues su equipo había quedado a 10 juegos y medio de los Yankees de Nueva York, y vio la necesidad de firmar a Ortiz.

El nativo de Manoguayabo fue sensible ante la situación de su amigo, ya que según cuenta vivió la misma experiencia al no recibir las oportunidades que merecía cuando era un novato con los Dodgers de los Ángeles.

“¿Sabes lo que hice? Salté de la alegría y aplaudí. Necesitábamos una primera base en Boston, y sabía que podría ser David”.

David me miró, y creo que fue la única vez en mi vida que lo he visto serio”.

Él me dijo, «¿Cómo puede ser eso? Mi niña nació hace dos semanas, y no tengo un centavo en el banco.

«Porque ahora puedo llevarte conmigo a los Medias Rojas”, le respondió Martínez.

-¿De verdad? -preguntó.

Le dije: «De verdad». Te estoy diciendo. Su rostro se iluminó como el de un niño”.

«Saqué mi pequeño celular y empecé a llamar a todos los que podía pensar en Boston. Pero nadie tomaba la llamada, porque estaban todos en las Reuniones de Invierno de Grandes Ligas. Finalmente hablé con el secretario de viaje, Jack McCormick, y le dije: «Oye, ¿puedes pasarme a Lucchino o Theo epstein?»

Jack dijo: «¿Eh? ¿Qué está pasando?»

«Escucha, estoy en República Dominiacna y me encontré con David Ortiz. Acaba de ser liberado por Minnesota. Tenemos que firmarlo.

-¿La primera base? Bueno, ya sabes, tenemos a Brian Daubach …»

Mira, te lo digo. Este tipo va a ser especial. Consigueme a Theo por teléfono.

-De acuerdo, se los diré.

Colgué y miré a David. El resto es historia». dice.

Ortiz firmó un contrato como agente libre no garantizado con los Medias Rojas en enero de 2003 gracias a la recomendación de Pedro y pasó los siguientes 14 años con el club, bateando 483 cuadrangulares y conduciendo en 1.530 carreras impulsadas, que incluyeron tres títulos de la Serie Mundial.

Los Medias Rojas retirarán  este viernes el número 34 de Ortiz durante una ceremonia previa al partido en Fenway Park frente a los Angelinos de Anaheim.

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