Una de las parejas de famosos que todavía nos cuesta superar que ya no estén juntos es la de Jennifer Aniston y Brad Pitt, tanto así que a pesar de los años que han pasado desde su ruptura, cuando supimos que Pitt volvía a la soltería, no pudimos evitar hacernos la ilusión de un reencuentro amoroso. Sin embargo, siendo realistas, esa posibilidad está cada vez más lejos, sobre todo porque la pareja acaba de desprenderse oficialmente de la casa que compraron juntos poco después de casarse, en el 2000.
La lujosa propiedad que Jennifer y Brad compartieron por cinco años, de unos 11,173 metros cuadrados, fue construida en 1934 para el actor Fredric March. En ese momento, era una de las primeras mansiones de estrellas de cine en Beverly Hills y fue comprada por la pareja en 13.5 millones de dólares. Aunque en un principio salió al mercado el año pasado al precio de 56 millones de dólares, fue perdiendo valor con el tiempo hasta que finalmente se vendió por 32.5 millones, en un acuerdo fuera del mercado.
Según reseña el portal Real Estate Deals, la ex mansión de Aniston y Pitt se encuentra en una zona tranquila de Beverly Hills, específicamente en una calle sin salida, rodeada de terrenos tropicales y vegetación. Por dentro cuenta con cinco dormitorios, trece baños, un comedor con capacidad para 20 personas, bar, cocina gourmet, chimenea real y gimnasio. Además, tiene dos salas de estar, terraza y piscina.
Pero la casa que fue vendida hace apenas unos días no es la misma que la pareja adquirió hace casi dos décadas, pues antes de lanzarla al mercado decidieron someterla a un proceso de remodelación que se extendió por tres años. Entre las modificaciones que hicieron está el reemplazo del piso de la cocina con mármol con calefacción extraído de un castillo francés, una sala de proyecciones, una cancha de tenis y un anexo para huéspedes en la parte superior.
