Con un llamado al pueblo dominicano a cultivar las virtudes de las personas inmigrantes, tales como dedicación, esfuerzo y trabajo, la Fundación Corripio conmemoró ayer el Día del Inmigrante.
Al depositar una ofrenda floral en la Plaza del Inmigrante, ubicada en la intersección de las avenidas 27 de Febrero y José Ortega y Gasset, José Luis Corripio Estrada, resaltó que República Dominicana es un país de inmigrantes que con esfuerzo y trabajo han aportado a su desarrollo.
“Es un homenaje que se hace indiferentemente de toda raza, procedencia, matiz político, partidismo; abarca todo el país, porque como ustedes saben la República Dominicana es un país de inmigrantes; todos somos inmigrantes, de alguna forma unos llegaron primero, otros llegamos después, la raza dominicana es un crisol de todas las razas de inmigrantes que lamentablemente reemplazaron a la raza autóctona que con el descubrimiento y las fechas posteriores desapareció”, expresó.
Corripio indicó que el inmigrante es un personaje especial que sale a buscar a riesgo de la aventura, de esfuerzo y de trabajo el progreso para él y para toda su familia, por lo que consideró que esas virtudes deben de cultivarse.
“El pueblo dominicano tiene que seguir cultivando esos valores, del esfuerzo, trabajo y dedicación que son los que dieron origen a esta aventura, si se puede llamar así, que fue de venir a República Dominicana, los antepasados de todos nosotros”, expresó.
El empresario, quien estuvo acompañado por el alcalde del Distrito Nacional, Roberto Salcedo; uno de sus hijos, José Alfredo Corripio y otras personalidades, dijo además que el inmigrante ha constituido el país, porque “lo que somos hoy y lo que podemos ser mañana depende del esfuerzo del pueblo que tiene la impronta de las virtudes y características del inmigrante, prueba de ello es que cuando el dominicano se convierte en inmigrante en otros países es muy apreciado y en términos generales, con las excepciones normales de toda sociedad, es muy reconocido y un ente de progreso y colaboración en todas las comunidades en que abundan como Estados Unidos, en España y otros países de menor cuantía”.
Corripio recordó que su familia el próximo 2017 cumple 100 años de haber llegado a República Dominicana, y destacó que a este país le deben todo.
“Porque independientemente del trabajo y el esfuerzo y la colaboración que uno pudo haber hecho para progresar, solamente el progreso fue posible porque el país progresó y por la acogida del pueblo dominicano que es tan abierto, bondadoso con todo inmigrante que llega a este país y es acogido como nativo desde un principio”, resaltó.
Maltrato
El empresario expresó su rechazo a que sectores afirmen que en el país se maltrata al inmigrante sobre todo de origen haitiano.
Sostuvo que el maltrato ocurre en todas las sociedades, independientemente de raza u origen, y citó como ejemplo casos en Estados Unidos, los cuales calificó como una forma extrema de maltrato, pero que no es un problema dirigido exclusivamente por razones de inmigración.
Consideró además que la inmigración muchas veces se produce porque el que es nativo del país no quiere hacer determinados trabajos y ahí es donde surge la situación de migración.
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HOMENAJE EN LA ESTATUA DEL INMIGRANTE
Cada año la Fundación Corripio deposita una ofrenda floral en la estatua del inmigrante, donada por la entidad a la ciudad de Santo Domingo el 18 de diciembre de 1989. La misma fue elaborada por Antonio Prats Ventos, un escultor español, nacionalizado dominicano. La estatua tambien se exhibe en el puerto turístico de San Juan, Puerto Rico, y en la Villa Pola de Allende en Asturias, España. Con la ofrenda floral se reconoce de manera solemne los aportes realizados por los grupos de inmigrantes al desarrollo del país.
