El viaje del turista español Arcadio Pando a Washington, D.C. empezó con más dificultades de las esperadas. Un mes antes de viajar, pagó $89 online por una autorización para pisar el territorio estadounidense sin necesidad de visado, solo para percatarse poco después de que la había comprado a un intermediario y que había pagado seis veces más de lo que en realidad cuesta.
Decenas de páginas web se ofrecen como intermediarios para conseguir a los viajeros el llamado Sistema Electrónico para la Autorización de Viajes (ESTA). Esta autorización de viaje electrónica, cuya validez es de dos años, permite a los ciudadanos de los países participantes viajar sin visa a los Estados Unidos por turismo o negocios por hasta 90 días. La mayoría de los países europeos, así como algunos del este asiático, Australia, Nueva Zelanda o Chile, disfrutan de esta posibilidad.
No obstante, en muchas ocasiones los websites no muestran claramente que son intermediarios y su apariencia es sospechosamente similar a la página oficial de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), denuncian algunos afectados.
“Su negocio es engañar”, dijo Pando a el Nuevo Herald. “Están cobrando varias veces más por un trámite que puede hacer cualquiera”.
