Los comentarios de Donald Trump ya no deberían sorprender a nadie. Y, sin embargo, lo hacen. Tras una campaña electoral en la que lanzó ataques contra mexicanos, chinos, mujeres e inmigrantes, el precandidato republicano a la presidencia de Estados Unidos lanzó su acusación más bizarra. Esta vez, contra su competidor en las primarias, Marco Rubio.
Durante un acto ante unas 10.000 personas en Carolina del Sur, donde el 20 de febrero continuarán las internas, sostuvo que la «sudoración excesiva» del senador de origen cubano podría causar problemas diplomáticos en caso de que aquel llegara a la Oficina Oval.
«Cuando nos ponemos a negociar con (el presidente de Rusia, Vladimir) Putin necesitamos personas que no sudan», afirmó el magnate inmobiliario, quien acusó de «inestable» a su rival.
«Pensé que acababa de salir de una piscina», bromeó. «¿Se imaginan a Putin allí sentado, esperando la reunión y este hombre entra así como una ruina?», insistió. «No, deben tener a Trump en esos encuentros, nos va a ir muy bien».
Sus comentarios dejaron helado a un público que asistió a su mitin para escucharlo hablar durante 45 minutos sobre temas de inmigración, los muros y las negociaciones internacionales.
Trump también calificó de «mentiroso» e «inestable» a Ted Cruz y lo acusó de ser una «persona muy deshonesta».
El multimillonario viene cargando contra todos sus competidores, en especial contra aquellos que considera que le pueden dar pelea. Durante el último debate republicano, llamó «gran error» a la guerra de Irak, iniciada por el ex presidente George W. Bush, y apuntó contra su rival, Jeb Bush, que defendió a su hermano por mantener a Estados Unidos «seguro».
«Es evidente que la guerra en Irak fue un gran error», consideró Trump, líder de los sondeos para obtener la nominación republicana de cara a las elecciones presidenciales con un 29,5% de apoyo a nivel nacional, según la web de Real Clear Politics, que confecciona un promedio diario de los principales sondeos.
