Trump firmó el decreto durante la visita a la oficina central de Snap-On Inc, un fabricante de herramientas en Kenosha, Wisconsin.
La orden ejecutiva tiene un doble componente y está destinada, en primer lugar, a revisar el sistema de visados para evitar que pueda beneficiar a trabajadores extranjeros en detrimento de los estadounidenses.
Trump instruye en el texto a los departamentos de Trabajo, Justicia, Seguridad Nacional y Estado a “actuar rápidamente para castigar el fraude y los abusos en el sistema de inmigración con el fin de proteger a los trabajadores de Estados Unidos y sus condiciones económicas”.
Además, pide reformas para asegurar que los visados H-1B se concedan a los solicitantes más cualificados”. Este visado permite contratar temporalmente a extranjeros —85.000 al año— en puestos de alta cualificación y relacionados, sobre todo, con ciencias, ingeniería y tecnología, y la Casa Blanca considera que contribuye a “traer al país a trabajadores menos cualificados y peor pagados que aquellos a los que reemplazan”.
“Queremos pasar del sistema actual (para los visados H-1B), basado en una lotería, a un sistema que dé prioridad a trabajadores más cualificados, lo que haría que sea mucho más difícil reemplazar a los estadounidenses”, había adelantado la Casa Blanca.
El segundo componente del decreto es el dirigido a promover el uso de productos estadounidenses en los contratos para proyectos financiados por el gobierno federal.
Varias leyes de EEUU obligan a la compra de productos nacionales para ese tipo de proyectos, pero hay ciertos “vacíos legales” y acuerdos incluidos en tratados comerciales bilaterales que permiten esquivar esa normativa, conocida como “Compra estadounidense”.
La orden exige a “todas las agencias del gobierno” hacer “revisiones integrales decididas a castigar cualquier debilidad” en la supervisión o aplicación de esa normativa y a “eliminar los vacíos legales” que la perjudican, indicó el funcionario.