El economista ganador del Nobel que desaconseja comprar una casa

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Robert Shiller, ganador del Nobel (izquierda).

Robert Shiller, economista de Yale, ganó el premio Nobel (en rigor, un tercio de este premio) hace tres años debido a una investigación donde sugiere que los mercados financieros no siempre son tan eficientes como creemos, debido en gran parte a errores de cálculo en lo que respecta al valor de los activos. Famosamente, Shiller ya había previsto el inminente estallido de burbujas en el mercado de valores durante el boom tecnológico y, luego, en el mercado inmobiliario (su nombre ganó particular reputación a partir de un libropara el consumo masivo en el que advertía de todo lo anterior).

David Leonhardt, periodista del New York Times, resumió del modo más certero y sucinto la larga carrera de Shiller:

En suma, la esencia del pensamiento de Shiller es que la gente comete errores, y tiende a cometerlos una y otra vez.

Entre los diversos ámbitos en que cometemos dichos errores, el mercado inmobiliario tiene una mención aparte (de hecho, el comité del Premio Nobel se refirió a las viviendas unifamiliares en la atribución a Shiller del galardón).

La sabiduría convencional nos dice que las casas constituyen un atractivo mercado en el que debemos invertir nuestro dinero, pues, inevitablemente, su valor se apreciará. Sin embargo, uno de los hallazgos más admirables de Shiller revela precisamente lo contrario: históricamente, entre 1890 y 1990, la tasa real de retorno de la propiedad de una casa ha sido prácticamente inexistente. Solemos creer que las casas son una gran inversión. No así el laureado economista.

A continuación, la predicción que Shiller hiciera a Leonhardt en 2005, acerca de la caída de los precios de las casas:

Estamos en presencia del mayor boom que hemos tenido. De modo que un escenario probable sería el del aumento continuo, por un par de años más, del precio de las casas, pero entonces podríamos entrar en una recesión y los precios seguirían bajando hasta caer en territorio negativo y estancarse por una década.

Shiller, en el sitio web CNNMoney, también desalentó la inversión en el sector inmobiliario en 2007:

Bueno, el pensamiento humano se construye sobre la base de historias, y la historia que ha sustentado el boom inmobiliario cuenta que las casas funcionan, en cierta forma, como las acciones. Esto significa que si compras una casa donde sea, luego su precio subirá. Es la vía más fácil para hacerse rico… Pero no puede ser cierto que las casas se aprecien un 10% anual. Si lo hicieran, nadie podría, en el largo plazo, comprarse una.

A continuación, Shiller habla con Bloomberg TV acerca de cómo las casas se toman por inversiones de éxito garantizado:

Entonces, ¿por qué fueron consideradas como inversiones? Eso no fue más que una moda. Fue una idea que prendió a inicios del nuevo siglo. Y yo no espero que regrese. Al menos no con la fuerza de antes. Así que la gente podría decidir, ‘Pues sí, voy a diversificar mi cartera de valores. Pagaré un alquiler’. Sería algo sensato si la gente lo hiciera.

Esto no quiere decir que la gente no debería tener su propia vivienda. Existen muchísimas razones por las cuales es preferible comprarse una casa a rentarla (quizá no quieras tratar con un arrendador, o puede que te guste la libertad de poder remodelar tu baño). La obra de Shiller, en cambio, sugiere que uno no debe comprar una casa deseando sacar dinero de esto a largo plazo.

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