El arte de la comida cruda

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Si te pones a observar las propuestas gastronómicas en las distintas países te podrás dar cuenta que cada vez hay más lugares que ofrecen comida cruda. También hay más personas que por distintas razones, entre ellas moda, porque la practican “figuras de Hollywood” o tal vez por alguna patología, optan por modificar sus hábitos alimentarios y comienzan a probar este tipo de alimentación.
“Raw food” (comida cruda en español) también puede ser conocida como considerada como crudivegana, alimentación cruda o comida viva.
Sus defensores dicen que es la mejor dieta para promover y recuperar la salud para la cual el organismo humano fue “diseñado” por la naturaleza. Su idea central es crear una forma de vida responsable, consciente y en armonía con la naturaleza, sin sufrimiento animal.
Pero, ¿es así realmente? No, todavía no hay ningún estudio científico que avale que es más saludable comer todos los alimentos crudos. Hoy en día, no es solo una dieta, sino una tendencia culinaria y un estilo de vida.
Crudívoros y crudiveganos. Esta alimentación se basa en el crudismo (alimentos crudos), y entre sus practicantes se encuentran los crudivoros (comen pescado y huevos además de los vegetales y frutas y semillas) y los crudiveganos (un estilo de vegetarianos estrictos).
Ambos solamente consumen los alimentos en su estado natural, ya sea cultivados de forma natural, o bien orgánica. La dieta es muy restrictiva porque no consumen lácteos, gluten, azucares, alimentos procesados ni alcohol y los crudiveganos tampoco incluyen en su alimentación las carnes ni huevos.
Esta dieta se basa principalmente en frutas, verduras, hortalizas, algas, nueces, semillas, brotes o germinados, flores, aceite de oliva prensados en frío y todos los productos derivados directamente de estos ingredientes tal como aceites, mantecas de frutos secos entre otros.
Para preparar los alimentos no se utilizan medios de cocción, sino procesos naturales como la germinación de granos y semillas, fermentación, deshidratación, licuados, triturado y otros procesos donde la estructura molecular del alimento no se destruye, preservando y activando el nutriente óptimo de cada alimento.
La temperatura permitida es de 42 grados C, ya que es la máxima que llega el calor del sol y permite conservar los nutrientes y enzimas.

¿Tiene alguna ventaja comer todo crudo? Sí, se conservan mejor las vitaminas y minerales en los alimentos crudos que en los cocidos. Además, brindan mayor saciedad, porque se requiere de mayor masticación por lo tanto hace que se coma menos cantidad.
Al consumir gran variedad de frutas y hortalizas, así como también semillas ayuda a evitar el estreñimiento.
¿Ocasiona algún riesgo para la salud esta dieta? También, ya que al comer alimentos crudos hay mayor riesgo, por ejemplo, de toxoinfecciones, principalmente en los crudívoros.

Se puede producir contaminación en los alimentos por microorganismos o sustancias químicas, que son tóxicas para el organismo, por lo que pueden interferir en los procesos metabólicos y en la biodisponibilidad de nutrientes.
En cuanto al consumo de carnes crudas, el riesgo se relaciona con desarrollar toxoplasmosis, enfermedad muy peligrosa durante el embarazo o en los enfermos inmunodeprimidos.
Desde hace algunos años escuchamos hablar cada vez más sobre “raw food”, una movida que suma adeptos en todo el mundo y que se basa en la preparación de alimentos que, al no estar cocidos, mantienen sus propiedades y enzimas, siendo así más energéticos y fáciles de digerir.
Restaurantes internacionales como Verde en Buenos Aires ofrecen platos “raw”, dejando en claro que la comida cruda es mucho más que semillas y verduritas, y un crudista no es un “freak”, sino alguien que no sólo come sano, sino también muy rico.

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