El sistema de salud de California está al límite por el avance del covid-19 y podría colapsar en semanas

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El sistema de salud de California se está viendo sobrepasado por el avance del coronavirus en el estado -el más grave a nivel nacional- y podría colapsar en cuestión de semanas si la gente ignora la necesidad de mantener el distanciamiento social durante las fiestas de fin de año, advirtieron las autoridades sanitarias, que ilustraron el pedido indicando que el número de personas que necesitan camas y cuidados especializados se está disparando a niveles antes inimaginables.

Los directivos de los principales sistemas hospitalarios del estado -Kaiser Permanente, Dignity Health y Sutter Health, que en total cubren a 15 millones de californianos– indicaron el martes que su personal está cada vez más agotado, a menudo cargado con deberes fuera de sus tareas habituales, y la infraestructura al límite: llegan a atender pacientes de COVID-19 en los pasillos y salas de conferencias.

La doctora Elaine Batchlor, directora general del Hospital Comunitario Martin Luther King Jr. en Los Ángeles, dijo que habían llegado a colocar pacientes en la tienda de obsequios y en cinco carpas ante la cantidad de urgencias.

“No tenemos lugar para nadie. Llevamos días reteniendo pacientes porque no podemos trasladarlos, no podemos conseguirles camas”, dijo el doctor Alexis Lenz, médico de urgencias el Centro Médico Regional El Centro en el condado Imperial, en el extremo sureste del estado. El centro ha colocado una carpa con 50 camas en su estacionamiento y reconvertido tres quirófanos en salas para pacientes del virus.

California se acerca a los dos millones de casos confirmados de COVID-19. El estado reportó el martes casi 32.700 nuevos pacientes y al mediodía del miércoles (hora local) le faltan menos de 40.000 casos para llegar a esa cifra simbólica. Otros 653 enfermos fueron ingresados en hospitales, en uno de los mayores aumentos diarios de hospitalizaciones. El total ya se acerac a los 18.000.

Los modelos de datos estatales predicen que las hospitalizaciones podrían alcanzar las 100.000 mensuales si continúa la tendencia actual.El personal del St Mary Medical Center trabaja dentro de una tienda para manejar el desbordamiento en su hospital de 200 camas durante el brote de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en Apple Valley, California (REUTERS/Mike Blake)El personal del St Mary Medical Center trabaja dentro de una tienda para manejar el desbordamiento en su hospital de 200 camas durante el brote de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en Apple Valley, California (REUTERS/Mike Blake)

Aún más preocupante que la falta de camas es la escasez de personal. La cantidad de enfermeras disponibles para desplazarse desde otros estados se estaba acabando, ya que la demanda por estas profesionales se disparó un 44% en el último mes. California, Texas, Florida, Nueva York y Minnesota fueron los territorios que más solicitudes realizaron, según la firma de recursos humanos del sector sanitario Aya Healthcare.

“Ahora estamos en una situación en la que tenemos repuntes en todo el país, de modo que nadie tiene enfermeras de sobra”, dijo la doctora Janet Coffman, profesora de política pública en la Universidad de California en San Francisco.

California está acudiendo al extranjeropara llenar las plazas de 3.000 trabajadores médicos temporales, especialmente enfermeras con formación de atención a pacientes graves. Ha publicado oferas de empleo en países como Australia y Taiwán.

Esta última y más virulenta ola de COVID-19 en Estados Unidos se atribuye en parte a la falta de distanciamiento social y de uso de mascarillas durante la festividad de Acción de Gracias, y las autoridades temen que las cifras aumenten aún más si la gente se reúne por Navidad y Año Nuevo.

El condado de Fresno, en el agrícola Central Valley de California, está en una situación desesperada. El doctor Thomas Utecht, director médico de los Centros Médicos Comunitarios Fresno, dijo que el personal ve a diario a familias deshechas en lágrimas, pacientes desesperados y gente muriendo en zonas de aislamiento mientras sus familias lo observan a distancia.Una unidad de cuidados intensivos en el centro médico Providence Saint Joseph de Burbank, California (REUTERS/Lucy Nicholson)Una unidad de cuidados intensivos en el centro médico Providence Saint Joseph de Burbank, California (REUTERS/Lucy Nicholson)

Médicos y responsables médicos suplicaron a la población que evite reuniones más allá de su familia inmediata.

“Si la gente no se queda en casa (…) vamos a ver algo que me resulta difícil incluso imaginar”, dijo el doctor Patrick Macmillan, especialista en cuidados paliativos en el condado de Fresno. “Creo que romperá el sistema sanitario”.

Advertencias similares fueron hechas en todo el país. Entre los estados más golpeados además de California se destacan Tennessee, que sufre el peor aumento del país en los casos per capita, a Mississippi Virginia Occidental, que el martes batieron sus récords de muertes asociadas al virus en un día.

El impacto del COVID-19 no se limita a los infectados. La falta de camas o enfermeras implica que en las salas de urgencias también hay largas esperas para otros pacientes, como los que sufrieron ataques al corazón o lesiones de traumatología, y que los paramédicos que esperan a que una enfermera de urgencias se haga cargo de su paciente no pueden responder de inmediato a otro aviso de emergencias, explicó la doctora Anneli von Reinhart, médica de urgencias en el Centro Médico Regional Comunitario en el centro de Fresno.

En medio del repunte, la distribución de miles de dosis de la vacuna contra el COVID-19 a personal sanitario muestra algo de luz al final del túnel, pero “también parece que el túnel se está estrechando”, dijo el doctor Rais Vohra, responsable médico interino en el condado de Fresno.

“Es una carrera contra el tiempo para intentar sacar a la gente del túnel de la forma más segura posible”, dijo. “Por eso ahora mismo se siente como estar trabajando en el frente”.

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