Explotó un cráter del volcán Etna y hay 10 heridos

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Pasadas las 11.30 de la mañana, a 2.700 metros de altura, el cráter ha rugido un segundo y ha escupido violentamente toneladas de lava y sedimentos acumulados en la superficie. El Etna, el volcán más grande de Europa, ha entrado en erupción por tercera vez en menos de tres semanas, expulsando lava fundida a una altura de cerca de 200 metros. Diez personas -dos de ellos, vulcánologos que trabajaban en la zona-  han resultado heridas de carácter leve a causa del fenómeno. Solo seis de los heridos han requerido ser trasladados a un hospital.

Pese a la espectacularidad del proceso, el estado de erupción del Etna, uno de los volcanes más activos del mundo, no tiene ninguna característica especial en su patrón de actividad. De hecho, los últimos episodios, registrados en diciembre de 2016 y en mayo de 2015, fueron mucho más violentos que el de esta mañana. Pero esta vez la explosión se ha producido cuando la nieve depositada sobre la superficie del cráter ha formado una suerte de tapadera que ha terminado saliendo despedida.

Stefano Branca, vulcánologo miembro del Instituto deGeología y Vulcanología deItalia (INGV), se encontraba en la zona en el momento de la erupción. En conversación telefónica explica a EL PAÍS la causa de la espectacular explosión. «No es nada particular. La última fue el 27 de febrero y este el segundo tiempo de aquello. Pero esta vez, ha encontrado una zona donde había nieve, se ha evaporado a toda prisa y se ha creado un vapor que ha generado la explosión. Es como cuando haces la pasta y cierras con la tapa la olla. En este caso la ha hecho saltar», explica Branca.

El fenómeno se conoce como explosión freática y se produce cuando una masa lávica de alta temperatura entra en contacto con un objeto más frío como el agua o la nieve. En este caso, la explosión ha hecho saltar los bloques de lava y terreno pedregoso que cubría el cráter desde la última erupción. «Dura un segundo, pero si estás cerca, te puede lastimar», continúa Branca.

La lava de la erupción procede de un cráter de la zona sureste de la montaña siciliana, de 3.000 metros de altitud. El Etna se encuentra situado en la parte oriental de la isla de Sicilia, entre las provincias de Messina y Catania, y su última erupción se registró el pasado 28 de febrero. La erupción, grabada por el INGV, no amenaza las zonas residenciales ni se espera que interfiera en el tráfico aéreo

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