El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva será juzgado por cargos de corrupción, determinó este martes un magistrado, en medio de sospechas de que el exmandatario aceptó sobornos dentro del escándalo de la petrolera Petrobras.
La decisión se da luego de que su sucesora, Dilma Rousseff, fue destituida del cargo el mes pasado tras haber sido declarada culpable por el Senado de violar leyes presupuestarias.
Según el juez Sergio Moro, Lula –quien gobernó a Brasil entre 2003 y 2011– aceptó 3.7 millones de reales (1.11 millones de dólares) en sobornos en el gigantesco esquema de corrupción en que está sumida Petrobras.
La semana pasada, Lula se defendió con lágrimas en los ojos en una comparecencia en la que aseguró que si le prueban los delitos de corrupción y lavado de dinero de los que le acusa la Fiscalía de Curitiba caminará en una suerte de peregrinaje hasta esa ciudad para entregarse a la Justicia.
Esto luego de que fuese acusado de ser «el comandante máximo del esquema de corrupción» identificado en la llamada Operación Lava Jato que involucra a la petrolera estatal.
De acuerdo a la Fiscalía, Lula aceptó los 3.7 millones de reales de la constructora OAS de forma «oculta o disimulada», incluyendo la reforma de un apartamento en el litoral del estado de Sao Paulo. Pero el expresidente afirma que le atribuyeron una propiedad que no es suya.
Expertos consideran que al ser juzgado Lula no podría regresar a la política para las elecciones presidenciales del 2018. También podría acabar con las esperanzas del Partido de los Trabajadores (PT) de volver al poder.
