Francisco confronta a los jóvenes con los padecimientos de América Latina

529
0
Compartir

El papa Francisco confrontó este viernes a cientos de miles de jóvenes de Latinoamérica con los dramas que padecen sus pueblos al compararlos con el calvario que vivió Cristo, durante el rezo del vía crucis en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebra en Panamá.

La persecución a cristianos, la masacre silenciosa del aborto, la migración como origen de todos los males, la explotación y abuso a refugiados, mujeres y niños, corrupción, terrorismo, los asesinatos, la marginación de los indígenas, la conservación de la casa común, desfilaron en las catorce estaciones del rito y su discurso.

El Santo Padre, de 82 años, inició el rezo del día rodeado de una gran cantidad de jóvenes, que en esta ocasión fueron los encargados de llevar la Cruz Peregrina y dar una reflexión en cada estación con un mensaje concreto y una advocación a la virgen María.

Ni el apabullante calor, ni la larga espera aplacaron al casi medio millón de fieles que se congregó en las 25 hectáreas del Campo Santa María la Antigua, a orillas de la bahía de Panamá, para acompañar con sus rezos en cada estación que recuerdan la pasión de Cristo.

La primera de las catorce estaciones fue recitada por una pareja de jóvenes de Honduras que expuso sobre la realidad de los pobres, los jóvenes y la vocación.

El recorrido al legar a la cuarta estación -Jesús es negado por Pedro- se enfocó en la realidad de los pueblos indígenas, y reconocer que su cultura e identidad han sido violentados con los años, seguido atentamente por Jorge Mario Bergoglio.

«Nuestros pueblos indígenas retratan a Jesús en el dolor centenario que marcan sus vidas. Negados y olvidados, encontraron en su señor Jesús la imagen de su dolor, el retrato de tantos olvidos», reflexionaron los peregrinos de Guatemala en esta estación.

A los de Venezuela, le tocó el problema de la migración, y denunciar «la brutalidad contra quienes, no sólo lo han perdido todo, sino que también sienten cómo se cierran fronteras y puertas, cómo las líneas que limitan los países se están coronando de espinas punzantes que amenazan, desprecian y rechazan a tantos hermanos».

Sus suplicas dirigidas a la advocación de la Virgen de Coromoto, pidieron ayuda a que esta cuide, sane y llene de esperanza el corazón flagelado y coronado de espinas de tantos que han perdido la patria.

La selección de los temas reflejó la determinación de Francisco de concentrar la atención de la juventud de la Iglesia católica en los problemas que mas hieren a la humanidad.

Nicaragua y Panamá rezaron las dos últimas estaciones, retratando la lacra del aborto, que viola todos los derechos humanos de inocentes como Herodes mandó a matar a los niños cuando nació Jesús, los primeros, y los segundos dando una voz de esperanza en Cristo resucitado para enfrentar todos estos problemas.

Bergoglio en su reflexión para finalizar el vía crucis denunció el conformismo, y dijo sobre esto que es la «droga más consumida hoy» y que impide reconocer el sufrimiento que nos rodea.

«Nos dejamos llevar por la apatía y la inmovilidad. No son pocas las veces que el conformismo nos ha ganado y paralizado y ha sido difícil reconocerte en el hermano sufriente», exclamó el Vicario de Cristo.

«En el fondo son los jóvenes el futuro del mundo y la iglesia, el mensaje del papa hacen que vean los problemas de Latinoamérica para indicarle que ese no es el camino correcto, sino Cristo, así poder cambiar la sociedad en que vivimos», dijo a Efe el diácono salvadoreño Carlos Serrano.

Ariel, un peregrino venezolano, expuso a Efe que es la unión de los países que sitúan las dificultades del continente y que es a través de la oración un paso para hacer un cambio.

Todo el perímetro fue vigilado por agentes de la policía, además de cuerpos especiales de inteligencia, que controlaban los accesos de cada una de las personas.

El concierto de la Juventud que siguió después, concentró otros actos como el lanzamiento del movimiento «Laudato Si» (En el cuidado de nuestro hogar común) y un récord del abrazo más grande del mundo.

Bergoglio consagrará mañana la Catedral de Panamá, luego encabezará una vigilia y el domingo oficiará la misa final del encuentro, visitará un albergue con enfermos de VIH/sida y un encuentro con voluntarios de la JMJ antes de partir a Roma.

No hay comentarios

Dejar una respuesta