Tras el rezo dominical del Ángelus en la Plaza de San Pedro, Francisco recordó especialmente «a su amada Siria» y dio la bienvenida al acuerdo alcanzado por el Consejo de Seguridad de la ONU el viernes pasado para impulsar un proceso de paz que ponga fin a más de cuatro años y medio de guerra en ese devastado país árabe.
El viernes los 15 países que integran el Consejo de Seguridad consensuaron por primera vez una hoja de ruta para poner fin a un conflicto que ya dejó más de 250.000 muertos y forzó a más de la mitad de la población siria a abandonar sus hogares y buscar refugio dentro y fuera del país.
La hoja de ruta establece primero un llamado a un cese el fuego y el inicio de un diálogo formal con miras a una transición política a partir de enero de 2016.
Todos los grupos sirios participarán de este diálogo de paz, excepto los grupos calificados como «terroristas», como la milicia del Estado Islámico y el Frente al Nusra, la filial local de Al Qaeda, que serán siendo atacados militarmente.
El próximo 18 de enero, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, debe presentar un informe que evalúe el cumplimiento del cese el fuego y, si éste es positivo, propondrá la realización de elecciones «libres y justas» bajo supervisión de Naciones Unidas en un plazo máximo de 18 meses.
Una vez realizados los comicios, la dirigencia siria tendrá hasta seis meses para construir un sistema de gobierno «creíble, inclusivo y no sectario».
Excepto por el monitoreo de la ONU, la hoja de ruta no prevé la interferencia de ningún país extranjero.
Actualmente Estados Unidos, Rusia, las potencias europeas y Turquía bombardean sistemáticamente distintas partes de Siria, formalmente en un esfuerzo internacional por destruir al EI.
