Panorama del mundo en 2016

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Los analistas de mercado seguirán atentos a cada gesto de la banquera central.
Desde octubre de 2014, cuando la Reserva Federal terminó su millonario programa de estímulos monetarios, se viene especulando sobre su próximo movimiento para normalizar la política monetaria, elevando sus tasas de interés, que están debajo de 1%.
Hasta el cierre de esta edición, la FED, dirigida por Janet Yellen, seguía sin mover sus tasas aunque los mercados pronosticaban que lo hicieran en su reunión del 15 y 16 de diciembre. Expertos como el profesor Fernando Fernández de IE Business School, consideran que en 2016 son factibles más subidas de tasas, en torno a un punto porcentual, en niveles que aún serían expansivos y que no implicarían grandes efectos para los emergentes. Por el contrario, Bart Pattyn, CEO de Coface Latinoamérica, piensa que la FED no subirá sus tasas inmediatamente, pues esto revalúa el dólar y vuelve más caro producir en Estados Unidos; además, en invierno muchos de los estados más productivos del país están casi congelados y no sería adecuado presionar más el crecimiento. Su apuesta es a que no habrá mayores movimientos hasta marzo de 2016.

Hasta dos chinos

Después de casi 40 años de la política del “único hijo”, los chinos decidieron iniciar la era de los dos hijos, todo para desactivar la bomba demográfica. Es decir, el escenario con menos personas en edad de trabajar. No era para menos, la población se está envejeciendo, mientras las tasas de natalidad siguen siendo bajas.

Por eso se espera que para 2050 el 30% de la población de ese país tenga más de 60 añosy, al igual que en otros países de Europa y Asia, se requiera mano de obra para mantener la producción. Según el Gobierno chino, la medida elevará el crecimiento a una tasa de 0,5% anual.
China ha realizado un proceso de ‘colonización’ en África, en un proceso de expansión que completa dos décadas y se calcula que ya hay más de un millón de migrantes chinos en ese continente –considerado como el único que goza de buenas perspectivas demográficas para el futuro–. Quizá la presencia en África y la política de los dos hijos consoliden el imperio Chino del Siglo XXI.
Unión resquebrajada

Aunque aún no está definida la fecha en que los británicos decidirán si se salen de la Unión Europea (tienen plazo para hacer la votación hasta el 31 de diciembre de 2017), hay una creciente preocupación de que lo hagan en 2016 y que además apoyen el sí.

Una encuesta reciente de The Independent revela que 52% de los británicos avalaría la salida y, por eso, los analistas consideran a ese referéndum como el gran riesgo para los mercados. Morgan Stanley estima que la Bolsa de Londres caería entre 10% y 20%, al tiempo que haría descarrilar la recuperación económica en Europa.

Bart Pattyn, CEO de Coface Latinoamérica, ve el retiro de Gran Bretaña como poco probable, dado que el mundo cada vez está más integrado y son evidentes las ventajas de funcionar como bloque. No obstante, es un referendo que crea incertidumbres, al tiempo que aviva otros procesos separatistas, como el de Cataluña, que al cierre de esta edición recibió un golpe del Tribunal Constitucional de España, el cual anuló la resolución independentista que contemplaba el inicio del proceso de separación de esa región.

Seguirán llegando

Días antes de los ataques terroristas en París, la Comisión Europea estimó que tres millones de refugiados llegarían a Europa en 2016 y se unirían a los más de 700.000 que arribaron en 2015. Tras los atentados, existen dudas sobre la cifra del año entrante, pero hay quienes piensan que así crezca la ‘islamofobia’, los migrantes seguirán viajando mientras se mantengan las condiciones de inestabilidad y guerra en los países de Medio Oriente.

Lo que sí se puede endurecer son las condiciones de asilo, acogida o incluso las perspectivas de legalización y empleo de esos inmigrantes o refugiados. “Pero esto será pasajero, porque Europa sigue siendo un continente envejecido, con bajísimas tasas de natalidad y esas condiciones demográficas son una de las causas de su atraso estructural”, explica el profesor Fernando Fernández, de IE Business School. No obstante, es previsible que en el ambiente político tomen más fuerza los partidos de derecha que están contra la migración, pues en épocas de vacas flacas no a todos los europeos les gusta compartir su estado de bienestar.

Crece la tensión mundial

Las tensiones geopolíticas en Europa del Este están al rojo y lo que está en juego es una disputa económica por fuentes de energía.

Según Guillermo Valencia, socio de la firma de consultoría Macrowise, el común denominador de las guerras en los dos últimos siglos ha sido el mismo: la necesidad de controlar territorios de donde se puedan obtener recursos estratégicos.

Un análisis del mapa revela la baraja. Rusia exporta gas a la Unión Europea, pero la dependencia tiene sus riesgos debido a los conflictos de Ucrania. Por eso, la alternativa europea es echar mano de otros productores como Qatar y Siria. Estos países tendrían que conectar gasoductos que atraviesen Siria, país en donde la división reina y en donde la primavera árabe ha florecido con fuerza. Esta conexión también debería pasar por Turquía, Estado que mantiene sus diferencias históricas con Rusia.

Valencia sugiere que en 2016 vendría un escenario de repunte y altas fluctuaciones del precio del petróleo. Además, no se puede perder de vista al Estado Islámico, un enemigo que podría iniciar una nueva confrontación bélica de alcance mundial.

Brasil: medalla olímpica

Entre el 5 y el 21 de agosto se realizarán en Brasil los Juegos Olímpicos, que además de ser el evento deportivo mundial del año, se convertirá en el medidor de la temperatura del gobierno de la presidente Dilma Rousseff o de quien la reemplace, en caso de que prospere el juicio político que se le adelantaría a la líder brasilera.
Con este precedente se avizoran dos escenarios. Con o sin Dilma, los brasileros esperan que su país esté en los primeros 10 lugares del medallero y, tal como ya fue anunciado por el Comité Olímpico Brasilero, se dupliquen las 17 medallas obtenidas en Londres 2012. De hecho, los países que han sido locales en ediciones anteriores han mejorado notablemente en el escalafón, así ocurrió con el Reino Unido en la edición pasada.
Brasil no atraviesa por un buen momento. La presidente está en la cuerda floja; el desempleo superó el 8%, la inflación se acerca a 10%, por encima del techo de la meta del Banco Central de 6,5%; y la recesión apunta a ser la mayor en los últimos 80 años.

Por estas razones, un buen resultado en esta competición o un desastre como el ocurrido en la Copa del Mundo de 2014, acercará a Brasil a la renovación del optimismo o a la profundización de la crisis. Hagan sus apuestas.

Giro a la derecha

La izquierda en Latinoamérica pasa por una mala hora. El triunfo de Mauricio Macri en Argentina, la apabullante victoria de la oposición venezolana al chavismo en los comicios legislativos del pasado 6 de diciembre y el juicio político que podría terminar con la destitución de la presidente de Brasil, Dilma Rousseff, son los golpes más contundentes que este año ha recibido la izquierda en América Latina, tras más de una década de saborear las mieles del poder.
Los destemplados resultados económicos y el descontento popular han propiciado un giro en la política. En Venezuela, tras una década y media del chavismo en el poder, los resultados económicos son erráticos: la economía cayó 4% en 2014 y este año podría remontar ese resultado; la inflación está en niveles cercanos a 100%, la deuda externa supera los US$250.000 millones y las reservas internacionales, en US$15.000 millones a noviembre, descienden peligrosamente. Ni qué decir del desabastecimiento, medido por el Banco Central por última vez en marzo de 2014, cuando llegó a 29,4%.
En Argentina, el ocaso del kirchnerismo también se atribuye al estancamiento de la economía, que este año crecerá al 0,7% y una inflación que, según cifras oficiales, podría alcanzar 15%, pero analistas independientes la ubican en el doble. El cuadro lo completa Brasil, cuya economía podría caer este año 3,5%, según los analistas, y registra graves denuncias de corrupción a través de Petrobras. Este caso ha salpicado a los principales líderes del Partido de Los Trabajadores –en el gobierno–, tiene en la cárcel a varios senadores, empresarios y políticos y ahora buscaría ir por la cabeza de la presidente Dilma Rousseff, que enfrenta un juicio que la podría dejar fuera del poder. ¿El ocaso de la izquierda.

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